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Entrevista:BERTRAND TAVERNIER | Realizador

'Cuento cosas que sorprenden, pero hay que seguir luchando por lo que se cree'

El realizador francés Bertrand Tavernier (Lyón, 1941) recibe hoy en Zaragoza, en la segunda edición del festival Cinefrancia 2002, el premio a toda una vida dedicada al cine y el reconocimiento a su brillante trayectoria. Y lo cierto es que el director de El relojero de Saint Paul, La muerte en directo u Hoy empieza todo (la historia de un maestro de una escuela infantil en un barrio marginal que sigue luchando contra todo para sacar adelante a sus alumnos) ha hecho honor a su filmografía y comenzaba su experiencia zaragozana de forma casi cinematográfica. En el aeropuerto, nada más bajar del avión, el chico que le recogió las maletas le reconoció y le pidió un autógrafo. 'Es la primera vez que me pasa, no me ha ocurrido nunca que un mozo del equipaje me reconozca y me admire'. Luego añadió en broma: 'Espero que no sea un extra pagado'. Como en sus películas, Tavernier es un tipo estupendo que concede una entrevista cada media hora y que responde con paciencia infinita y encantador a la prensa.

'Soy feliz porque siempre he hecho las películas que he querido'
'Laissez-Passer' fue criticada por gente que no la había visto, el resto la aplaudió'
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Pregunta. ¿Cómo vive la campaña electoral francesa?

Respuesta. Yo creo que deberían debatir los jefes de campaña de los candidatos, no ellos. Como persona comprometida con la izquierda me preocupa la subida de Le Pen. Creo que obedece a que no tiene consejeros de prensa y dice lo que piensa. Es terrible. Y lamento que muchos obreros voten a Le Pen. La clase obrera es capaz de hacer gestas maravillosas de solidaridad y de tener comportamientos terribles. Se manifiestan por causas justas, pero también para protestar porque el árabe le quita el pan al portugués.

P. Qué opina de las críticas que está recibiendo su filme Laissez-passer, que dicen que da una visión de la ocupación de Francia por los nazis desde el punto de vista de los colaboracionistas?

R. Laissez-Passer fue duramente criticada por Le Monde, Cahiers du Cinemá y Liberatión. Sólo fueron tres y la criticaron antes de verla, el resto la aplaudieron. Me escribió un autor que admiro mucho, Leys, el primero que criticó el maoísmo, y me dijo: 'Leyendo las críticas que te hacen reconozco lo mismo que decían de mí, el tono de comisario de pueblo, la arrogancia como argumento'. En este sentido, Orwell afirmaba que la monarquía es más susceptible de cambiar que este ejército de burócratas, que se reproducen de una manera formidable. La película revisa el tiempo de la ocupación nazi de Francia y cuestiona a través de sus personajes la postura de colaborar o no con ese régimen. Yo seguiré luchando por la película.

P. ¿Su faceta de documentalista le ha ayudado a contar Histories des vies brisées les double peine, su última obra, donde cuenta la doble condena de los inmigrantes, presos en la cárcel y condenados al salir por su entorno?

R. Es terrible, les echan de allí aunque lleven 30 años viviendo en Francia. Ésta es la historia de 10 personas que pasaron por esa experiencia. Mi película forma parte de una campaña para cambiar las leyes, se debate en cineclubes y los profesionales que la ven, magistrados, jueces, aseguran que ven la humanidad de comportamientos que ellos no pueden explicar con su trabajo.

P. ¿Está de acuerdo en que los intelectuales tomen partido?

R. Sí, deben tomar partido y no pertenecer a ningún partido. Ahí está el caso de Orwell, su obra, su participación en la guerra española. Las historias de entonces son las mismas de ahora. La sociedad sigue movilizándose, y ahí están los movimientos antiglobalización para vaticinar que el sistema político cambiará.

P. ¿Por qué escribe siempre historias sobre los valores morales?

R. Sí, son historias de luchadores que defienden sus creencias, de personajes pegados al terreno que libran día a día la batalla más dura, la de la vida.

P. Pero esa es una visión pesimista.

R. Soy un hombre feliz, hago lo que me gusta, las películas que quiero y pagaría por hacer mi trabajo. Además, mis hijos aman mi profesión y están en lo mismo , por eso me siento feliz, porque he conocido mujeres maravillosas, he podido contar estupendas historias de amor.

P. El amor entre el padre y el hijo es una constante en su cine.

R. Yo creo que he contado la historia que me hubiese gustado vivir con mi padre. Por ejemplo, en el Relojero de Saint Paul; y he hecho películas así para ahorrarme sesiones de psicoanálisis, y ésta es una de ellas porque no logramos romper la barrera que rompen ese padre y ese hijo.

P. Su película Capitan Connan es una historia bélica que recibió el Premio César y que plantea un conflicto moral entre la violencia?

R. La puesta en escena es la de una película bélica, pero esa historia de 1914 es la misma que vemos todos los días en televisión, en Palestina, en Israel, en Afganistán; es la historia de quienes están educados en la violencia, que tiran granadas, empuñan metralletas, pero mi capitán es un hombre pegado al terreno, que es capaz de reconocer el miedo, más cerca de la gente que los jueces que les juzgan. Es un tipo extraordinario que comprende, es una historia que reflexiona sobre la forma de detener a quienes se han educado en la violencia. La he puesto en Argentina y las gentes que veían una historia de guerra en Europa, en 1914, aseguraban que contaba las mismas cosas que pasan ahora en Argentina.

P. Algunas cosas que usted dice son políticamente incorrectas.

R. Claro, chocan, pero hay que seguir luchando por lo que crees.

P. Pero usted siempre ha estado comprometido contra el racismo.

R. Estoy orgulloso de que mis películas muevan a la gente. Cinco personas se han hecho profesores después de ver Todo comienza hoy.

P. El cine francés goza de una protección que no tiene el español...

R. Pero el cine español vive momentos buenos y se ha logrado que se pasen producciones españolas en la televisión. El cine en España mejora cada día. Por ejemplo, Almodóvar: su última película me hizo disfritar mucho, Trueba, Agustín Díaz Yanes. Creo que hay un momento estupendo en el cine español. Una película que me apasiona es Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, cuenta las mismas historias que cuento yo.

P. Amelie ha tenido un gran éxito en España. ¿Piensa que es el nuevo pasaporte para que le cine francés vuelva a tener éxito en España?

R. Amelie es desliciosa, pero no todo el cine francés es ése, como no todo el cine español es Almodóvar. Amelie muestra que el cine francés de efectos especiales gana al americano, porque utiliza esos efectos con una función poética en la reinvención de un cómic formidable.

R. ¿Que siente al recibir el Premio Ángel a toda su trayectoria cinematográfica?

R. Me parece maravilloso, porque de esta tierra son José Luis Borau, Buñuel y Carlos Saura.

Bertrand Tavernier, en Zaragoza.
Bertrand Tavernier, en Zaragoza.JULIO FOSTER

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