Un tinglado bajo mínimos
No funciona nada en este confuso intento de thriller rompedor. Las leyes del severo género son inflexibles y sólo ceden terreno a la intromisión del rizo estiloso, y se dejan burlar por él cuando hay inventiva autoral en ese rizo, cosa que aquí, en este deslavazado, y con indicios de padecer incompetencia, Ajuste de cuentas no ocurre.
Es un relato compuesto con mucha torpeza y penosa falta de energía en el trenzado de imágenes, cosa agravada al tratarse de un asunto que, sobre el papel, huele a una pólvora quemada que luego, en la pantalla, se convierte en triste pólvora mojada. No hay, en efecto, manera de ver un trazo enérgico, firme. El suceso está desplegado por un guión inhábil, sin maña para desplegar las velas de la gradualidad, que son indispensables en una navegación sobre estos mares. Los tramos secuenciales están mal definidos, no se empujan y, lejos del abrupto y quebrado crescendo emocional que requiere un verdadero filme de tensión e intriga, se pierden en la flojera de una línea de avance desdibujada, sin emoción, nula, inerte.
AJUSTE DE CUENTAS
Dirección y guión: Brian Koppelman y David Levien. Intérpretes: Dennis Hopper, John Malkovich, Barry Pepper, Vin Diesel, Seth Green, Andrew Davoli, Tom Noonan. Estados Unidos, 2001. Género: thriller. Duración: 93 minutos.
Está protagonizada por cuatro intérpretes jóvenes, muy verdes en sus composiciones de cachorros de gánsteres que no se entienden bien con papá. Para más calamidad, el director no les aclara ni define el gesto identificador, ni orquesta sus presencias en interrelaciones de réplicas y contrarréplicas, gestuales y verbales, por lo que los chicos llevan las de perder cuando se las ven con villanos de tan buen pedigrí como Dennis Hopper y John Malkovich, que luego resulta que andan igual de desorientados y son vulgares malos de cine completamente vulgar.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.