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Columna
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Tormenta

¡Olé, mi Celia! Celia Villalobos, claro. Mi 'maruja limón'. Con casta, con carácter. Se encierra en la Maestranza y corta orejas y rabo. Aunque sea al mismísimo Arenas al que hay que 'trapear'. Ahí es nada plantarle cara al todopoderoso y permanentemente cabreado Javier Arenas. Con la malaleche que se gasta últimamente el mandón del PP. Y es que lo que le sucede a la Villalobos es para enmarcar. Le plantan los consejeros socialistas, le dan la espantá parte de los consejeros de Sanidad del PP (a la comida del lunes pasado sólo asistieron dos) y encima, al día siguiente, en la reunión de la dirección del PP con sus altos cargos nacionales y autonómicos y expertos en Sanidad, Celia Villalobos, después de la intervención de Javier Arenas, se metió en un jardín sin flores.

Celia Villalobos se las tuvo con algunos dirigentes de su partido. Tanto es así que Celia no pudo ser más clara, dirigiéndose al consejero madrileño de Sanidad, Ignacio Echániz, sobre el futuro de la ley general de sanidad: 'O se queda la ley como está, o le digo a José María Aznar que suprima el Ministerio, o yo me voy, dimito, y que te nombre a ti ministro'. Ésta es la Celia que todos conocemos por estas tierras. Dicen las malas lenguas que Javier Arenas cambió de cara. Y es que Echániz es íntimo amigo del hijo de Aznar y del futuro yerno, Alejandro Agag. Villalobos dice que no lo dijo. De lo que sí estoy seguro es de que lo pensó. 'Yo no dimito nunca', ha aclarado. Se va o la echan. Estilo Aznar.

Celia Villalobos está ya en capilla y le esperan unos meses sabáticos y largas vacaciones. Arenas no le dará cuartelillo. Pero ya se sabe que en política todo es posible. Málaga y la alcaldía siguen estando en el horizonte. Termina Aznar la presidencia europea y Celia a casita. Y es que en el PP tiene difícil mantener la mayoría absoluta en Málaga. Si es con Francisco de la Torre, dicen, imposible. Claro que el PSOE tampoco lo tiene fácil. Ayer noche deshojaban la margarita de su candidato a la alcaldía malagueña. Cuatro de las doce agrupaciones apoyaban al portavoz socialista, Francisco Oliva. Pero no parece que en tan breve espacio de tiempo se pueda decidir un candidato para una de las alcaldías más importantes de España.

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