Un sevillano en Cantábrico
Un joven ejecutivo sevillano de 40 años de edad, Joaquín Coronado, se convertirá este mes en el nuevo consejero delegado de Hidroeléctrica del Cantábrico. La compañía energética asturiana, que acaba de vivir dos años de intensas turbulencias, en los que fue objeto de cinco ofertas públicas de adquisición de acciones (OPA), pretende ahora iniciar una nueva etapa expansiva, una vez que en diciembre alcanzó la estabilidad accionarial tras el pacto suscrito por los nuevos socios: la portuguesa EDP (40%); la alemana EnBW, a su vez dominada por la francesa EdF (35%); Cajastur (16,75%), y la aseguradora Caser (8,3%).
El restablecimiento de la figura del consejero delegado, que se había suprimido en el verano de 2000, en plena refriega por el dominio de la compañía y a resultas de las divisiones que surgieron en el entonces consejo de administración, ha sido la primera prueba del consenso alcanzado hace tres meses entre los nuevos grupos accionariales. La próxima manifestación, también inminente, será la casi segura ratificación del presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, como presidente de Cantábrico.
Ingeniero de formación, Joaquín Coronado tiene una probada trayectoria profesional, aunque su experiencia en el sector energético se limitaba hasta ahora a ámbitos colaterales del mismo, como la bioenergía y las energías renovables. Se le reconoce como gestor dotado de una sólida cultura empresarial. Trabajó como investigador en la Escuela de Ingenieros Industriales de Sevilla, de donde fue fichado por Dow Chemical, donde permaneció tres años como ingeniero de proyectos. Desde 1989 pertenecía al grupo Abengoa, en el que desempeñó, primero, la dirección comercial y, luego, a partir de 1993, la dirección general de Sainco, sociedad que bajo su dirección pasó a actuar como cabecera del grupo para la actividad de sistemas de información y control, y con la que éste emprendió la diversificación hacia el sector de las telecomunicaciones. En 2000 fue nombrado consejero delegado de Telvent, la unidad de negocios de sistemas y comunicaciones de Abengoa, y en 2001 se convirtió en consejero delegado de la unidad de negocio de Bioenergía, al tiempo que seguía como consejero de Befesa.
Casado y padre de dos hijas, dicen de Coronado que es discreto, ajeno al protagonismo público y gestor muy pegado al terreno. Nada distinto de los rasgos inherentes al presidente de Cantábrico, Manuel Menéndez, con quien ahora deberá entenderse. Sevilla y Asturias tampoco son polos opuestos. Se superponen con exactitud con sólo doblar el mapa por la mitad.
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