Seis personas mueren en un atentado contra una parada de autobús
Las Brigadas de Al Aqsa se atribuyen el ataque
Una palestina se inmoló ayer en la parada de un autobús en el centro de Jerusalén con una carga explosiva, provocando seis muertos y más de medio centenar de heridos. La acción, reivindicada por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, grupo vinculado al partido gubernamental Al Fatah, se producía pocas horas después de que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, se reuniera con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, para pedirle la retirada de sus tropas de los territorios ocupados.
La mujer, procedente del campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania, había llegado al centro de Jerusalén Oeste a primera hora de la tarde, mientras la ciudad se preparaba a recogerse para celebrar en la intimidad la fiesta religiosa del sabath. Como si tuviera prisa, trató de dirigirse hacia el interior del mercado de Mahane Yehuda, el más popular y concurrido de la ciudad, pero salió aceleradamente de él al comprobar que varias dotaciones policiales estaban apostadas en los accesos del establecimiento. Entonces optó por dirigirse a la parada de autobuses cercana para tratar de ascender a un vehículo de la línea 23. En ese momento hizo estallar la carga explosiva que llevaba adherida al vientre y que le hacía aparecer como si estuviera encinta.
La explosión provocó el pánico en los últimos compradores del mercado, en su mayoría humildes vecinos del cercano barrio ultraortodoxo de Mea Sharim, que acuden habitualmente a última hora del viernes a efectuar sus compras para conseguir las gangas y rebajas en los precios de las verduras. Todos huyeron despavoridos, dejando atrás en el suelo el cuerpo de seis víctimas y más de medio centenar de heridos, ocho de ellos muy graves. Es el cuarto atentado suicida perpetrado por una mujer desde que se iniciara la Intifada, hace 18 meses.
El atentado se produjo a menos de 300 metros del núcleo central y comercial de la ciudad de Jerusalén, donde han estallado no menos de una decena de bombas desde diciembre pasado. El suicidio de ayer 'ayudará a acelerar el proceso de desmantelamiento de la zona', aseguraba uno de los comerciantes, mientras cerraba las puertas de su comercio y anunciaba su intención de seguir los pasos de otros compañeros, que han optado por clausurar sus tiendas para tratar de trasladarse a otros lugares más seguros de la ciudad.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguró que el atentado 'es un mensaje de terror y de muerte palestina a Powell', lo que en opinión del funcionario fortalece las teorías del primer ministro, Ariel Sharon, de que 'hay que proseguir con la ofensiva hasta conseguir la destrucción del terrorismo'. Desde Gaza, el jefe de la Seguridad Preventiva, Mohamed Dalan, contestaba al funcionario israelí afirmando que 'el ataque es el resultado de las masacres perpetradas por Sharon durante las últimas semanas en Cisjordania'.
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