'Zartateko'
Zartateko bat eman, es decir, dar una bofetada o algo más. Y es eso lo que le han vuelto a dar al PSE-EE con el asunto éste del ararteko, al menos tal y como están las cosas mientras escribo estas líneas. Pues resulta que al trébol que nos gobierna no parece gustarle demasiado Miguel Buen Lacambra, alcalde de Irún, propuesto por los socialistas para el cargo de adjunto de esa institución. Todos sabíamos que el señor Buen había sido propuesto para ese cargo, todos menos al parecer los del trebolé, trebolé, que tampoco deben de leer los periódicos.
Ellos no saben, no contestan, cuando negocian con los socialistas la renovación de los cargos de esa institución. Entienden quizá que se tratará de un buen adjunto al oír hablar del señor Buen, y se fían, por supuesto, y recogen el apoyo y los votos para su candidato a encabezar la institución del Ararteko, y una vez resuelta su papeleta se caen del engaño. ¡Ah, no!, el señor Buen no reúne las condiciones para el cargo. En primer lugar porque es un político y en segundo porque no le gusta ir de cantinera en el Alarde. Sorprendente descubrimiento de última hora, revelado tal vez por un pajarito cantor, o por el que iba a ser nuevo ararteko y ya no lo será. Y todo porque Joaquín Oquiñena tuvo escrúpulos de que él no iba a poder nombrar a su adjunto una vez que él hubiera sido nombrado, al parecer, por Dios omnipotente
Y no, el frustrado ararteko había sido nombrado gracias a un pacto, y dentro de ese pacto figuraba el nombre de su adjunto, un conocido alcalde de Irún, según noticia difundida tiempo ha y jamás desmentida ni por el interesado ni por su partido. Cuesta admitir que el ararteko electo no conociera esa noticia ni al señor Buen, y que haya tenido que esperar a ser nombrado por un coro de ángeles para caerse, literalmente, del guindo. Si la conocía, tendría que haber expuesto antes sus objeciones, en lugar de esperar a tener el cargo en el bolsillo para cuestionar a su ayudante.
El señor Buen es, en efecto, un político de largo espectro, que no se afilió anteayer al PSE para asegurarse su nuevo cargo. Desoyó, además, al ararteko anterior en todo ese grotesco asunto de las cantineras y los escopeteros del Alarde, aunque no creo que desoyera sobre el particular al trebolé que ahora le cuestiona, porque a ese respecto no ha dicho ni mú. Nuestro partido mayor, por ejemplo, ha sido incapaz de enmendarle la plana por el mismo motivo a su alcalde de Hondarribia, feliz por la recogida de votos que le aporta la tradición. Que ahora se ponga como máscara esa mascarada no me parece de recibo.
De todos modos, reúna o no méritos el alcalde de Irún para ocupar el cargo de adjunto al ararteko, pienso que el PSE debiera contratar los servicios de un logopeda para educar a sus representantes. Últimamente, la derecha no les entiende nada. Estos días pasados, los del PP no les entendieron nada de lo que les dijeron respecto a la nueva Ley de Partidos. Y apenas un par de días más tarde, nos enteramos de que el PNV tampoco les entendió nada sobre lo referente al ararteko y su adjunto. Y es que los pobres no sólo huelen mal, sino que además hablan mal, y molestan cuando no hacen lo que conviene que hagan, de ahí que cuanto antes se los quite uno de encima mejor.
En fin, no quiero ponerme demagógico, pero los socialistas son mucho fantasma en este país de mariasantísima, y ese fantasma aflora enseguida en cuanto se los siente flojear. Estamos viendo el trato inmisericorde que están recibiendo por parte de quienes quisieran verlos desaparecer. No los entienden, los quieren todos de mamporreros, y hasta los dan por muertos y ofrecen cobijo a su militancia quienes precisamente quisieran borrarlos del mapa. Se puede ser izquierdista a la violeta, o progresista salvador de la derechona, pero ¿socialista?, vade retro, eso es pecado.
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