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Entrevista:TOTI MARTÍNEZ DE LEZEA | Escritora

'Lo que más me gusta es que el lector viaje conmigo y se recree en una época'

Lo primero que llama la atención de la escritora Toti Martínez de Lezea (Vitoria, 1949) es su alegría exenta de todo efectismo. Después, enseguida revela su amor a la Historia. Se ha convertido en un boom de la literatura en el País Vasco, con gran éxito de ventas. Acaba de publicar La Abadesa, María, La excelenta (Editorial Maeva).

Pregunta. En menos de un año ha publicado dos libros. Las torres de Sánchez y La Arboleda. Ahora, presenta La Abadesa. ¿Tanta facilidad tiene para escribir?

Respuesta. Parece ser que sí [risas] o que tengo muchas historias que contar. Además, le dedico tiempo. Por ejemplo, cuando me dicen que un autor ha tardado cinco años en escribir una novela, suelo preguntar ¿y además qué ha hecho? Porque, si te dedicas sólo a escribir no puedes tardar cinco años. Si dedicas todos los días cuatro o cinco horas a escribir, un año es un tiempo lógico.

P. ¿Quiere decir que escribe como si realizara un trabajo que hay que cumplir?

R. Es que si tardase dos años en escribir una novela, a ver de qué iba a vivir. Es mi oficio, cuando hacía traducciones, pues todo el día traducciones. Cuando hacía televisión, todo el día televisión; y ahora que estoy con lo de la escritura, me siento y pa-pa, pa-pa, pi [teclea]. Y cuando acabo, digo 'voy a empezar otra' y otra vez pa-pa, pa-pa, pi.

P. Decía que tiene muchas historias que contar.

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R. Sí, es que hay muchas historias bonitas y, además, me he cogido lo que me gusta que es la novela histórica.

P. Toda su narrativa se ambienta en siglos como el XII, el XV o el XVI, como la última. ¿Por qué esa atracción?

R. Me encanta ir por los cascos viejos de las ciudades. En este viaje de La Abadesa me he ido a Madrigal de las Altas Torres, a Tordesilla y a Medina del Campo. Me encantan las calles de los pueblos, el gótico, el románico. ¿Lo actual? Bueno, me gusta el Guggenheim, pero no me produce la sensación de una iglesia románica, por ejemplo. Puedo pensar que está muy bien hecho y que es precioso pero te vas a ver San Juan de la Peña y alucinas.

P. Aparte de la atracción por esa arquitectura, ¿descubre así las historias, relacionadas con la época y el paisaje?

R. Tampoco escribo la gran Historia, yo escribo la pequeña Historia. Los personajes son gentes corrientes, que es lo que a mí me gusta.

P. ¿Cómo surgió la idea de la La Abadesa? En ella recrea el personaje de una monja hija ilegítima de Fernando el Católico que va en busca de su madre y llega hasta Bilbao.

R. Lo del viaje es inventado pero la historia existió. Vi una frase en un libro que decía que cuando Fernando el Católico vino a jurar los Fueros a Bilbao yació con doña Toda de Larrea, y tuvieron una hija. Y no hay más. Así que fui buscando retazos, encontrando pistas que van conformando la historia. Lo que pasa es que de la madre no se sabía nada y es la parte que yo novelo. Lo mismo que hice con el personaje, buscándolo, la protagonista lo hace con su madre en la novela.

P. Además de acudir a los lugares ¿le gusta bucear en archivos y en bibliotecas?

R. Lo que me gusta más que nada es que el lector se recree en una época. Yo me recreo escribiendo y lo traspaso al libro. Y, a su vez, el lector se recrea conmigo y en mi compañía nos vamos juntos de viajes, el lector y yo. Es lo que hago yo con otros escritores.

P. No se escribe mucha novela histórica, sin embargo la suya vende mucho.

R. Eso parece [risas]. Es una literatura que se está descubriendo ahora en España. Pero, en el Reino Unido hay una tradición enorme. Me alimento de la novela histórica europea.

P. Pocos escritores se muestran tan alegres y comunicativos como usted. Parece que está mal visto, que no es interesante.

R. No sólo afecta a los escritores, también a los políticos, a los macroeconomistas, etcétera. Hablan siempre tan trascendentalmente que parece que si se mueren se va a caer el mundo. Pues no, sigue. Siempre me he tomado la vida con optimismo. Me niego a lo contrario.

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