El 'ararteko' pactado entre PNV y PSE renuncia y no llegará a tomar posesión
El nuevo ararteko (Defensor del Pueblo vasco), Joaquín Oquiñena, elegido el 27 de marzo en el Parlamento tras un acuerdo entre los grupos del Gobierno y el PSE-EE renunció ayer al cargo, que no ha llegado a ocupar, y anunció por carta al presidente de la Cámara autonómica, Juan María Atutxa, su intención de no acudir a la toma de posesión, fijada para pasado mañana. La decisión da al traste con uno de los primeros frutos de lo que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, consideró una incipiente normalización de las relaciones parlamentarias entre los grupos de su Gobierno y los socialistas.
La crisis se desencadenó el lunes tras unas declaraciones de Oquiñena a Radio Euskadi que no gustaron ni al PP, que no le votó, ni al PSE, que sí le dio su confianza, en cumplimiento de un pacto con PNV, EA e IU, que le permitía a los socialistas nombrar al adjunto al cargo. Oquiñena cuestionó además la idoneidad de la persona que, en cumplimiento del pacto entre partidos, iba a ser nombrado como su adjunto. Se trata del alcalde de Irún, el socialista Alberto Buen Lacambra. Oquiñena le cuestionó tanto por su afiliación política -la ley obliga a abandonar la militancia partidista en diez días para aspirar a ese cargo- como por haber desoído las recomendaciones del Ararteko en relación con la celebración en su localidad del tradicional Alarde de San Marcial, que excluye a las mujeres. PNV, EA e IU pidieron al PSE, antes de la renuncia de Oquiñena, que busque otro candidato, a lo que los socialistas se niegan. La crisis devuelve al cargo a la interinidad que se padece desde hace año y medio y la negociación entre partidos a su punto cero.
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