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Reportaje:

Una conquista ganada a pulso

Los comunistas valencianos celebran el 25 aniversario de la legalización del PCE tras años de lucha contra el franquismo

'La legalización del Partido Comunista de España (PCE) no fue un regalo, se ganó a pulso'. Lo dice Antonio Montalbán, actual portavoz de Esquerra Unida en el Ayuntamiento de Valencia, que el 9 de abril de 1977 -en plena Semana Santa- conoció por la radio la noticia de la legalización del PCE. Antonio Montalbán, entonces secretario general de Comisiones Obreras, había militado en la clandestinidad en el Partido Comunista durante 14 años y al conocer la decisión del Gobierno de Adolfo Suarez se sintió 'recompesado' por los años de esfuerzo, las detenciones y las torturas sufridas en la Jefatura Superior de Policía de Valencia.

Ayer, el Partit Comunista del País Valencià (PCPV) celebró con una mesa redonda en la Universidad de Valencia el 25 aniversario de la legalización del PCE. Un acto en el que participaron Montalbán; el entonces secretario general del PCPV, Antonio Palomares; el actual dirigente de la formación, Alfred Botella; y Armando López Salinas, miembro de la dirección federal de los comunistas españoles. El coloquio, junto con la organización de una exposición de material clandestino utilizado por el PCE durante el franquismo, y una muestra de carteles editados por este partido durante la Guerra Civil y la dictadura forman parte de los actos conmemorativos.

Alfred Botella recordó ayer que con la legalización del PCE 'se tambalearon los cimientos del franquismo, en una época en que existía el peligro de que se produjese un retroceso en el proceso de consecución de libertades que se estaba produciendo'. 'La responsabilidad de los militares y de los dirigentes del PCE hizo posible la legalización del partido. Un acto en el que se reconocían los años de la lucha durante en la clandestinidad', explicó Botella.

Unos años de lucha, desde la década de los sesenta, en los que Antonio Palomares, viajaba regularmente desde Paris a Valencia para recomponer la estructura del PCE como hombre de confianza de Santiago Carrillo e Ignacio Gallego. Una labor que, como en el caso de Montalbán y otros dirigentes comunistas en la clandestinidad, fue reprimida con detenciones, cárcel y duras sesiones de tortura por parte de la Brigada Político y Social franquista.

En el momento de su legalización, los comunistas valencianos habían logrado una influencia importantísima en el movimiento obrero y estudiantil y el número de afiliados cotizantes no bajaba de los 20.000. Cuatro veces más que la militancia que tiene actualmente el PCPV. La legalización permitió a los comunistas emerger de la clandestinidad y sacar a la luz las caras y los nombres de las personas que habían estado luchando contra la dictadura por la recuperación de las libertades. Un acto administrativo que supuso la presentación a unos comicios democráticos y la presencia de diputados comunistas en el Congreso ese mismo verano de 1977.

'El PCE ha sido el artífice de la transición y desde entonces ha tenido que adaptar sus estructuras orgánicas a la crisis general que ha sufrido la izquierda. El proyecto de Izquierda Unida ha sabido aglutinar un nuevo concepto de partido abierto a la participación de las ONG's o los movimiento para conseguir una globalización de los derechos humanos y sociales',argumentó ayer el actual secretario general del PCPV, Alfred Botella.

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