El transporte público sólo se usa en el 11% de los desplazamientos en las grandes ciudades

El sistema de transporte público en las principales aglomeraciones urbanas andaluzas arrastra aún numerosas deficiencias que en muchos casos disuaden de su uso, de forma que apenas absorbe el 11% de los desplazamientos que diariamente realizan los ciudadanos. La falta de coordinación entre las administraciones y las empresas concesionarias, y las deficiencias de las infraestructuras, son los principales elementos que, según reconoce la propia Junta de Andalucía, privan de eficacia al transporte público y lo hacen incapaz de dar respuesta a las necesidades de movilidad de la población.

Cada uno de los residentes en las grandes coronas metropolitanas andaluzas realiza cada día una media de 2,27 desplazamientos, la mitad de ellos en un medio mecanizado. Pero únicamente en uno de cada cuatro viajes de este tipo se utiliza el transporte urbano, según datos recogidos en el documento Transporte y ciudad, que contiene los estudios previos que la administración autonómica ha hecho en las nueve principales aglomeraciones andaluzas -siete capitales de provincia y las áreas Bahía de Cádiz-Jerez y Algeciras- para la implantación de un sistema intermodal regido por consorcios de transportes en el que participen los municipios afectados.

El estudio muestra la predilección que aún mantienen los andaluces por desplazarse a pie, modo usado por el 47,5% de la población, que emplea una media de 15 minutos en cada trayecto. Pero dada la expansión urbanística producida en los últimos años, esta posibilidad es cada vez más remota, especialmente en áreas como Sevilla, Málaga o Cádiz, donde la alternativa más válida ha sido el vehículo privado (35%), frente al mencionado 11% del transporte público. Así, el análisis pone de manifiesto que el medio público sólo es usado cuando no hay más remedio, por personas sin coches y que emplean como término medio unos 30 minutos en desplazarse.

Deficiente planificación

Aunque existen peculiaridades propias de cada aglomeración, de forma genérica todas las ciudades se ven afectadas por los mismos problemas. En primer lugar, una deficiente planificación, ya que prima la estructura radial de la corona y apenas existen líneas transversales; y una organización caracterizada por la existencia de numerosas empresas operadoras, generalmente mal coordinadas entre ellas, que se han repartido las concesiones por sectores o itinerarios, de forma que tienen vetado operar e determinados trayectos. Hay además casos de descoordinación tarifaria y horaria entre líneas explotadas por una misma empresa.

La ausencia de plataformas reservadas para el transporte público obliga a éste a sufrir las consecuencias de la congestión del tráfico, restándole competitividad. La velocidad comercial media de los autobuses urbanos andaluces se sitúa entre 25 y 30 kilómetros horas, la mitad que la del vehículo privado. Pero hay también otros factores determinantes en la elevación de los tiempos, como la existencia de agentes únicos en los autobuses que emplean entre el 30% y el 40% del tiempo en las horas punta en el cobro de billetes; y en muchas ciudades aún se practica la parada a demanda de los usuarios, fuera de los puntos preestablecidos.

Este diagnóstico ratifica a la Consejería de Obras Públicas la necesidad de los planes intermodales de transportes que permitan acabar con la descoordinación existente y que entre sus principales objetivos debe aspirar a la integración tarifaria y a la creación de puntos de intercambio entre los distintos modos públicos (trenes, metros, autobuses), e incluso entre el medio público y el privado, reservando zonas de aparcamientos junto a ellos.