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Crítica:CRÍTICA | TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una época troyana

Harto tal vez de que otros directores monten sus textos de una manera que no siempre coincide con las intenciones del autor, Chema Cardeña vuelve a dirigir su última obra, esta La reina asesina de la que es autor, actor y director, una función triple que no sé si conviene del todo a su talento como escritor. Uno de los resultados es que estamos ante un producto geninuamente Arden, una circunstancia que a veces no logra evitar del todo un cierto manierismo.

La primera habilidad del texto, que es rico en ellas, consiste en trasladar la auténtica guerra de Troya a un ámbito doméstico, el del regreso de los héroes al hogar con sus esposas una vez concluidas las hostilidades, precisamente para sugerir que en ese ámbito cotidiano se van a reproducir casi exactamente las mismas intrigas que dieron, en otra dimensión, origen a esa guerra, quizás a todas las guerras. El autor viene a decir que el conflicto existe siempre, y que las oscilaciones de su magnitud también pertenecen al ámbito de la tragedia. Que sitúe este material en la Grecia clásica es algo más que un pretexto, puesto que le sirve para recurrir de nuevo a la composición de gran estilo, a salvo desde el principio de la banalidad amable.

La reina asesina

De Chema Cardeña, por Arden Producciones. Intérpretes, Amparo Vayá, Chema Cardeña, Pepa Juan, Juan Carlos Garés. Vestuario, Pascual Peris. Iluminación, Jesús Sales. Escenografía, Ricardo Maldonado. Espacio sonoro, Ximo Rojo, Gilles Martín. Dirección, Chema Cardeña. Teatre Talía. Valencia.

Una potente iluminación y un escenario que es una rampa con trampillas sobre un fondo de recorte alberga un alarde de pasiones encontradas entre estas dos parejas cruzadas, dos hermanos casados con dos hermanas, donde la interpretación, como siempre que se trata de Arden, brilla a notable altura, pero donde el montaje anula a veces los matices y las amplias significaciones del texto, por precipitación acaso, como si se tratara de resolver cuanto antes esa tragedia circular que, con apoyo escenográfico, termina prácticamente donde empieza.

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