Manresa recupera la memoria de las historietas de los hermanos Blasco, grandes del cómic español

Jesús Blasco (1919-1995) ha sido indiscutiblemente uno de los grandes de la historieta española. En Francia lo descubrieron hace tiempo. Por eso le nombraron caballero de las Artes y de las Letras. En Italia, en el festival de Lucca obtuvo el Yellow Kid, uno de los galardones del cómic más importantes. En España, a pesar del recuerdo de varias generaciones de lectores, el conocimiento de su trayectoria corre peligro. Para evitarlo, la Fundación Caixa Manresa presenta hasta el 28 de abril en su sala de exposiciones en Manresa (Plana de l'Om, 5) la exposición Factoría Blasco, en la que también se rinde homenaje a sus hermanos dibujantes Pili (1921-1992), Alejandro (1928-1988) y Adriano (1931-2000).

A diferencia de otros países, como Estados Unidos o Francia, el cómic en España no ha logrado nunca ser una industria cultural. Editoriales como Bruguera intentaron acercarse al concepto de producción masiva con una red de creadores que alimentaron los momentos del consumo mayoritario de cómics en España. Los hermanos Blasco, dentro de un panorama profesional difícil, se acercaron a un modelo de producción industrial, aunque fuera como pequeña empresa familiar, en la que sin renunciar a su creatividad se adaptaron a todas las demandas del mercado y a los cambios de gustos del público. De ahí, la elección de Factoría Blasco como título de la exposición por parte de Joaquim Noguero, su comisario. Bajo una sola firma, Jesús, Alejando y Adriano abordaron todo tipo de encargos, sobre todo a partir de los años sesenta, tras haber realizado una gran producción individual y de autor. Junto a ellos, también formaron parte de la saga familiar Pili Blasco, colaboradora de la revista Mis Chicas, y Augusto, que aunque se inició en la historieta, tomó otros derroteros profesionales.

Los Blasco, como puede comprobarse en la exposición, llegaron a altas cotas de calidad en trabajos compartidos como Los Guerrilleros, para el mercado franco-belga, o la célebre serie Zarpa de Acero, realizada por encargo de editores ingleses y que fue conocida en España por los volúmenes publicados por Ediciones Vértice. Zarpa de Acero estaba protagonizada por un agente que se hacía invisible al entrar en contacto su mano artificial con una fuente de energía eléctrica.

En la exposición también se pueden contemplar páginas originales de Cuto, uno de los más célebres personajes de la posguerra española. Para los rasgos del personaje, Jesús Blasco se inspiró en su hermano Alejandro, que era precisamente conocido con el sobrenombre familiar de Cuto. A Adriano, que empezó su vida profesional a los 12 años publicando 'Chispita' en la revista Chicos, le sorprendió la muerte en el verano de 2000. Por supuesto le pilló trabajando. Estaba dibujando el cuarto y último álbum de Tallaferro, serie que había iniciado con su hermano Jesús, con guiones de Víctor Mora, que también asistió al acto de inauguración. Como homenaje a Adriano, la editorial La Busca decidió publicar la obra tal como el dibujante la dejó.

El escritor Paco Candel, que participó en el acto de inauguración de la exposición, explicó: 'Jesús Blasco decía que, aunque era el mayor y el primero que empezó a dibujar, no influyó en la afición de sus hermanos. Solía afirmar que el dibujo era algo genético en la familia Blasco Monteverde'. Al acto también asistieron las viudas de los dibujantes: Carolina Romeu, de Jesús; Isabel Rubio, de Alejandro, y Josefina Durán, de Adriano, cuya colaboración para presentar los originales ha resultado imprescindible. Además del dedicado a los Blasco, la inauguración también fue un homenaje al tebeo, 'un medio que incluso cuando yo era niño estaba desprestigiado ya que los padres insistían en que cambiáramos su lectura por la de los libros de aritmética', dijo Candel, que se confesó pintor y dibujante vocacional.

Además de los originales y libros que se exhiben, la exposición incluye un vídeo realizado Bàrbara Raubert en el que se recogen diversos testimonios sobre la obra de los Blasco. Esta exposición podrá también contemplarse en el próximo Salón del Cómic de Barcelona.