Ombligos

La Memoria del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía cuestiona el trabajo de los fiscales en su relación con la Ley de Menor. Destaca su labor represora. Esta opinión, resaltada por el presidente del Tribunal, ha sido rechazada con contundencia por el Fiscal Jefe de Andalucía. La polémica esta servida y, aunque la incógnita quedará sin resolver, nos queda la tranquilidad de saber que los máximos representantes de la Justicia de Andalucía no están de acuerdo ni siquiera en el resultado de los asuntos que llevan conjuntamente.

Una situación que no debería servir para impedir, como los árboles, ver el bosque de la Justicia. No hace falta ir muy lejos para saber que la actuación del MF, en casos sensibles socialmente, no ha sido muy acorde con el espíritu de las nuevas leyes, lo que puede hacer sospechar de su actuar en esta nueva ley y justificar la opinión del presidente del TSJA. Los planteamientos de la fiscalía fueron excesivamente rigurosos en los casos de aborto o en el fraude del PER. El tratamiento de los universitarios, como si fueran integrantes de lucha callejera vasca por el hecho de entrar violentamente en la Universidad, tampoco ayuda mucho a pensar de otra forma.

No obstante, ni aquel pasado ni este presente impiden ver algunos cambios de rumbo en la Fiscalía. Existen. La acusación por delito en el caso del pastor de la manzanilla se mudó a falta; las penas de prisión en el caso de los médicos condenados por aborto en Granada se ha permutado por la de multa y, en el juicio del PER, el fiscal de Málaga ha conseguido su suspensión para pensárselo mejor.

Son actuaciones esperanzadoras que deberán darse, si no se han dado, con los menores. Pero tanto en un caso como en otro sería deseable que los jueces, en su Memoria, dejaran de mirarse el ombligo. El robo de los sumarios en los Juzgados de Marbella, con muerte de funcionario incluida, se ha despachado con frase de 'suceso oscuro', y el retraso de 14 juzgados, que cuentan con medios personales y materiales, con un 'aparentemente injustificado'. No es razonable. Si se exige un rigor a los fiscales -sin datos- que no se aplican los jueces, resulta imposible la renovación de la Justicia en su integridad.