Una red de PDA agiliza la recogida de datos en investigaciones médicas

El papel no tiene visos de desaparecer, pero en unas partes y otras es sustituido por información en formato digital, mucho más fácil de llevar y traer. Varias decenas de médicos españoles, que participan actualmente en dos estudios clínicos, están probando asistentes personales digitales (PDA) conectados por GPRS a una base de datos centralizada para agilizar sus investigaciones clínicas. Los datos que se toman habitualmente impresos (valores del peso del paciente, tensión arterial...) han sido sustituidos por archivos digitales que se mandan en el acto desde un PDA a la empresa farmacéutica que gestiona y patrocina la investigación.

El doctor Josep Maria Campistol, de la unidad de Nefrología del hospital Clínico de Barcelona, acaba de iniciar un ensayo sobre un fármaco antihipertensivo llamado Losartan, de la empresa Merck Sharp & Dohme (MSD), para estudiar su acción contra la proteinuria. La información de su primer paciente anda en esos momentos por algún lugar de la base de datos de MSD.

La autorización de un nuevo fármaco (o de un nuevo uso para una medicina que ya está en el mercado) requiere de una gran cantidad de documentación -dos toneladas de papel pesaban los informes enviados por una farmacéutica española a las autoridades sanitarias europeas-. Antes de recibir el visto bueno, el fármaco debe ser probado con pacientes.

Varias decenas, o cientos, de ellos son tratados durante un periodo de tiempo que puede llegar hasta los cinco años. Los médicos realizan un exhaustivo seguimiento que al final queda resumido en tres voluminosas carpetas cuya información es recopilada por técnicos de la empresa farmacéutica.

En una pequeña sala del Clínico de Barcelona, el doctor Campistol muestra apiladas las carpetas de pacientes que están incluidos en ensayos clínicos. Lo normal es que los datos se transcriban de la historia clínica hasta una carpeta personal. Periódicamente un responsable del laboratorio farmacéutico recoge un par de copias de las hojas autocopiativas de la carpeta y de vuelta a la farmacéutica el técnico introduce la información en una base de datos. 'Hay estudios en los que pueden pasar cinco o seis meses desde que el médico toma los datos hasta que llegan a la farmacéutica', indica Miguel Ángel Zamorano, que trabaja en MSD; 'ahora se tienen al momento'.

Cambio de rutina

A diferencia de la rutina habitual de los ensayos, el doctor Campistol envía los datos de los pacientes a la farmacéutica en el momento en que los introduce en el PDA gracias a una conexión GPRS. 'La información tiene que llegar rápidamente al promotor del estudio', señala el médico, que considera que el sistema permite una mayor 'rapidez, seguridad y confidencialidad'.

Amena, la operadora que patrocina el proyecto, ha proporcionado los asistentes digitales (un iPAQ 3760 de Compaq con un módem PCMCIA GPRS) a 15 médicos de ocho centros de España.

Otro estudio cardiológico patrocinado por la farmacéutica Bristol-Myers Squibb utiliza el mismo sistema de recogida de datos. Médicos de 10 hospitales españoles participan en el estudio dirigido por José María Fernández, jefe de Cardiología del hospital Virgen de la Macarena de Sevilla. Durante un año se realizará el seguimiento de unos 1.000 pacientes. 'La recogida de datos es cuantiosa', señala el doctor, para quien 'el análisis de los datos será más rápido y la recogida más segura'.