La culpa no es sólo del virrey
No he podido evitar escribir una carta al director para gritar al cielo el mal tratamiento que la comunidad internacional y los medios oficiales están dando a la crisis argentina. Estos días, imágenes de vacas descuartizadas por ciudadanos argentinos hambrientos nos recuerdan sus problemas con un mensaje subliminal: sorprendentemente, Argentina se tercermundizó, y toda la culpa fue de la élite política argentina.
Explicar las cosas a medias confunde y podría esconder intereses particulares. Los que nos dedicamos a dar seguimiento al actual proceso de globalización tenemos tiempo para encontrar algunos datos clave: por ejemplo, que los créditos que fueron dados a malos gobernantes argentinos (principalmente Videla y Menem), estuvieron asesorados y vehiculados por el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos y la comunidad entremezclada de gobiernos y bancos comerciales de nuestros países ricos. Argentina cumplía ejemplarmente con las recomendaciones que éstos le pidieron. Y segundo dato: las inversiones de las transnacionales españolas han expatriado hacia sus accionistas enormes ganancias durante los años en los que se ha construido la base de la actual crisis, además de haberse apropiado de buena parte de los sectores de hidrocarburos, telecomunicaciones y banca.
Se repite la complicidad entre el virrey indio y la flota colonizadora. Hasta que se terminó el oro. No es justo decir que la culpa la tuvo sólo el virrey.
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