Un impulso para dejar de fumar

El Gobierno anunció hace unos meses su intención de prohibir el tabaco en los centros de trabajo. Por ahora son muy pocas las empresas españolas que se han adelantado a esta norma, aún por concretar, si bien otras se frotan las manos ante una nueva oportunidad de negocio. Es el caso de Europulmón, que ha llevado sus programas de deshabituación a unas 25 empresas en los dos últimos años. Éstas financian, en todo o en parte, el esfuerzo de sus empleados.

La ministra de Sanidad y Consumo, Celia Villalobos, anunció en junio que las empresas radicadas en España serían zona de no fumadores antes de que terminara el año. El proyecto sigue aún en fase de borrador, si bien algunas empresas se han adelantado a la norma: en algunas oficinas de Accenture está prohibido fumar y en la sede del portal ya.com existe un área específica para echar un pitillo, por poner un par de ejemplos.

A la espera del decreto, algunas empresas han empezado a ayudar a sus empleados a dejar de fumar. De esta tendencia, aún minoritaria, se beneficia Europulmón, una empresa española que lleva un par de años ofreciendo este tipo de programas. Por su consulta madrileña han pasado ya alrededor de 1.000 empleados de 25 grandes empresas del sector bancario, de telecomunicaciones y servicios. Éstas financian la totalidad del programa o una parte, a veces como incentivo para que el empleado se implique. El coste total es de 600 euros por trabajador.

'[Para las empresas] se trata de una inversión, como pagar un master', asegura Mario Manso, director comercial de Europulmón y uno de sus cuatro socios, dos de ellos neumólogos. El razonamiento que siguen los profesionales de esta empresa de servicios es sencillo. Si el 35,7% de la población española mayor de 16 años es fumadora, como recoge la última Encuesta Nacional de Salud, en una empresa con una plantilla de 1.000 trabajadores habrá 357 enganchados a la nicotina.

Esos empleados no sólo ponen en peligro su salud -el tabaco es la primera causa de mortalidad prematura y evitable, asegura el Ministerio de Sanidad y Consumo-, sino que rinden menos. Según el cálculo de Europulmón, la empresa del ejemplo perdería cada año 1.142,4 jornadas por las bajas de sus trabajadores relacionadas con el tabaco, ya que la media de ausencias por trabajador y año es de 3,2 días.

Charlas y tratamiento

Para paliar estos números, Europulmón ofrece un programa que combina la concienciación de los fumadores en su propio centro de trabajo -en tres sesiones de una hora cada una sobre el tabaco, las patologías asociadas a él y los posibles tratamientos- a un precio de 300 euros negociable en función del número de trabajadores y la atención médica a lo largo de 32 semanas. Tras este periodo de tiempo consiguen su objetivo el 80% de los empleados, asegura Manso. En esta segunda fase, adaptada a las necesidades de cada uno de los pacientes, los empleados visitan la consulta seis veces, si bien el tratamiento puede prolongarse si no se consigue el objetivo.

Europulmón no da datos sobre su facturación, emplea a 50 trabajadores y ya está en números verdes, asegura su director comercial, que dejó una empresa logística para poner en marcha el proyecto. No es la única en el mercado: Easy Way ha llevado sus charlas de deshabituación a más de 100 empresas y Neumotabaco ofrece programas similares.

Esta competencia implica la existencia de un mercado en potencia, aún por explotar. Sólo 3 de cada 10 departamentos de recursos humanos visitados por los comerciales de Europulmón dan el sí definitivo al proyecto. La actual crisis económica, además, no anima este tipo de inversiones. A pesar de ello, el horizonte de la prohibición y el hecho de que algunos fumadores pasivos empiecen a plantear demandas contra sus empresas en Europa, asegura Manso, puede hacer cambiar de idea a algunas compañías españolas.