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Rodilla extiende sus dominios

La cadena pretende abrir 100 tiendas en tres años y triplicar facturación

'Vamos a crear la restauración moderna y de calidad, una nueva categoría dentro de la comida rápida'. Así de claro lo tiene José Miguel Quintero, director de marketing de Rodilla e ideólogo del plan de expansión de la empresa. La cadena ampliará su red en 110 establecimientos en poco más de tres años y triplicará su facturación, hasta los 108 millones de euros, 18.000 millones de pesetas.

El número de establecimientos se triplicará desde los 52 actuales(36 en régimen de franquicia) hasta los 160 en el año 2005

Los dueños dieron paso a los tecnócratas. Un grupo de profesionales de distintas ramas de la hostelería y la economía relevó hace unos años a la familia Rodilla en la gestión de su empresa. Ahora, la cadena especializada en sándwiches se ha situado en disposición de lanzar una potente ofensiva en el mercado de la comida rápida. El objetivo, codearse con los grandes del sector, los grupos estadounidenses y algún competidor nacional.

Todo parece estudiado con precisión de ingeniería en las oficinas de la empresa. 'El cliente habitual viene a Rodilla 1,2 veces a la semana y 4,5 al mes'. 'El 92% del público de Madrid conoce el establecimiento, pero sólo el 12% es cliente habitual'. 'Todos los madrileños han tomado uno de nuestros sándwiches alguna vez en su vida'.

Los datos son manejados casi a modo de consigna para estimular la confianza de los empleados y la plana mayor en el futuro de la empresa. Un programa informático monitoriza cada semana las cuentas de resultados, tanto de las tiendas propias como de las franquiciadas. Esta actividad no persigue la injerencia de la dirección de la cadena en la marcha de cada establecimiento. Constituye un sistema de alertas que ponen en marcha a los departamentos de la central para buscar acciones que corrijan situaciones de estancamiento. Los empleados, por su parte, se afanan en cumplir con los requisitos emblemáticos de la empresa, la rapidez, calidad de servicio y la higiene de los alimentos. El pan y el relleno de los sandwiches, made in Rodilla, se ensamblan en una sala de montaje aislada.

'Los Rodilla han sabido darle un tratamiento al producto que muy pocas compañías han conseguido. Un producto exclusivo, un capricho', asegura José Miguel Quintero. Habla del enorme potencial de una cadena que inició el desarrollo de su red de restauración a mediados de la década pasada.

Una etapa que ha dado paso a la era de los tecnócratas. 'Ahora nos encontramos al 40% de nuestras posibilidades, con las cuentas saneadas. Esto nos permite planear un crecimiento sólido, sin riesgos, y garantizado para el futuro', asegura Quintero.

El número de tiendas de la empresa hostelera se triplicará desde las 52 actuales (36 en régimen de franquicia) hasta las 160 en el año 2005, siempre con prudencia. La expansión se centrará en Madrid, Barcelona, Valencia y Canarias. En la actualidad, Rodilla sólo dispone de una cuota del 3% del mercado de la comida rápida, y los objetivos son muy concretos. La cadena crecerá en Madrid, pero sobre todo en Valencia y Barcelona. En Valencia, el número de tiendas se ampliará desde las cuatro actuales hasta las diez. La inversión de la compañía oscilará entre los 9 y los 12 millones de euros, tanto en lo referente a apertura de establecimientos propios como en la puesta en marcha de procesos de monitorización e imagen de marca de los establecimientos franquiciados.

¿Cuál es el secreto de la franquicia Rodilla? Abrir en lugares céntricos (lo que garantiza la mitad del éxito), atención rápida y control de costes. 'Sabemos todos los días lo que se va a vender en una tienda. El negocio permite muchas fórmulas de venta del producto, ya sea para tomar en barra, en mesa o para llevar. Y durante todo el día tenemos público, porque pueden venir a desayunar, tomar algo a media mañana, almorzar, merendar o cenar', indica Quintero.

El director de marketing de Rodilla asegura que la cadena no necesita nada, salvo cumplir con sus propias señas de identidad, para mejorar sus niveles de competitividad. 'No vamos a entrar en una guerra de precios, porque nuestros productos son muy exclusivos. Otra cosa es que busquemos fórmulas para lograr la fidelidad de nuestros clientes'.

El responsable de la próxima invasión de Rodilla, la segunda en un decenio, no necesita acudir a la tienda fundacional, que tiene a menos de cien metros, para saber dónde deben dirigirse los pasos: 'Al principio, el ama de casa quedaba en Rodilla con sus amigas antes de ir al centro comercial. A partir de ahora, nuestra actividad se va a orientar cada vez más al hombre de edad comprendida entre los 18 y los 35 años'.

La historia de la cadena Rodilla es la de una lenta evolución. Antonio Rodilla, padre del actual presidente, Bernardo, pone una pastelería y charcutería en la plaza del Callao de Madrid al finalizar la guerra civil. En los años sesenta, Antonio Rodilla integra el negocio de la cafetería dentro de sus establecimientos. En la etapa de la gestión familiar, la cadena decide hacerse franquiciador, en 1989, y elaborar el primer plan de crecimiento de la cadena, a mediados de la pasada década.

Horizontes bursátiles

Gestión profesionalizada, imagen de marca, plan de desarrollo de la cadena y, sobre todo, un potencial crecimiento de la facturación parecen ingredientes adecuados para una futura salida a Bolsa. 'Rodilla dispone de valores suficientes para salir a Bolsa. Y lo hará. Pero cuando la compañía tenga un asentamiento cuatro veces superior al actual', asegura Quintero. Rodilla cuenta con presencia en Barcelona, Segovia y Canarias. El montaje de la primera tienda en Barcelona se ha estudiado a fondo. Se ha elegido un centro comercial, en lugar de las deseadas Ramblas, y se ha dotado con personal catalán al 100%. La cadena facturó por encima de los 36 millones de euros (6.000 millones de pesetas) el pasado año, con un incremento del 18% respecto a las cifras del ejercicio precedente, indica Quintero. Rodilla da empleo a 1.100 personas. La cadena creó una empresa independiente, Artesanía de la Alimentación, con una plantilla de 80 personas, para abastecer de pan y relleno a todas las tiendas del grupo.

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