_
_
_
_

Bruselas apuesta por la energía del átomo

La dependencia energética, los problemas ligados al efecto invernadero y el escaso avance en el campo de las energías renovables son los tres argumentos que está utilizando la Comisión Europea para defender el nuclear como una fuente clave en la generación de electricidad. Bruselas señala, además, que los riesgos de accidentes son mínimos en la Unión Europea. El problema está en los desechos radiactivos. Esta posición, no es de extrañar, choca con la política verde de las organizaciones ecologistas.

La autonomía energética es imposible en la UE. Es más, cada año que pasa se incrementa la dependencia frente al exterior. Las reservas son muy modestas y el consumo energético crece a un ritmo del 2% anual. Los países importadores de petróleo, gas y carbón tienen a los Quince atados de pies y manos en lo que a aprovisionamiento se refiere, lo que a su vez tiene un fuerte impacto en la economía europea, y crea un alto grado de incertidumbre en momentos de crisis como la que se vivió en verano de 2000.

Sin embargo, en el caso de la energía nuclear la dependencia energética no es tan grave como sucede con los otros recursos. En la UE hay reservas de uranio para cubrir las necesidades durante los próximos 40 años. La Comisión Europea considera por este motivo que uno de los argumentos que justifica el mantenimiento de los niveles actuales de producción de electricidad a través de las centrales nucleares es que servirá para reducir el nivel de dependencia externa actual. Dicho de otra manera, el abandono del nuclear, según Bruselas, agravará aún más la situación actual en un momento en el que la Europa pretende ser potencia mundial.

El desarrollo de una política nuclear en la UE es muy difícil, ya que requiere de alto nivel de consenso. La mayoría de los países tienen planes concretos para ir dejando de lado poco a poco esta fuente. En la actualidad, las centrales nucleares permiten cubrir el 35% de las necesidades de energía, es competitivo, ofrece electricidad a precios bajos y es un sector que es capaz de sobrevivir sin ayudas públicas. Y quizás lo más llamativo: el nuclear permite evitar la emisión de 800 millones de toneladas anuales de gases contaminantes -equivalente a 200 millones de coches.

Precisamente el segundo problema que plantea la Comisión Europea es que sin el nuclear se acelerará el efecto invernadero, es decir, se incrementarán las emisiones de dióxido de carbono y de otros gases contaminantes a la atmósfera equivalente a 300 millones de toneladas de CO2. 'No podemos cerrar los ojos sobre el lugar que puede ocupar la energía nuclear en la lucha contra el cambio climático', explicaron fuentes comunitarias.

Lo cierto es que las fuentes nucleares son limpias y, como señala Bruselas, el problema está principalmente en la gestión de los residuos, una cuestión que debe abordarse con total transparencia y con la vista puesta en las posibilidades que pueden ofrecer las nuevas tecnologías. Respecto al riesgo de accidentes en las centrales, las posibilidades son mínimas. La alternativa en esta situación estaría en el recurso a fuentes de energía renovables para compensar. Y aquí llega el tercer problema y el tercer argumento de la Comisión Europea para defender el nuclear: las renovables no son una alternativa ahora mismo.

El problema al día de hoy es que gran parte del aumento de la producción a partir de fuentes renovables será absorbido por el crecimiento del consumo. El debate en la UE sobre el futuro del nuclear está lanzado y Bruselas insiste en la importancia de que se analice con rigor sus beneficios en esos tres puntos concretos. La prioridad, insiste el Ejecutivo comunitario, debe ser la generación de electricidad limpia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_