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El barrio de Collblanc cumple 100 años con un plan de reforma integral

Se ganarán más de 63.000 metros de zona verde y se expropiará a un centenar de familias

El distrito de Collblanc-La Torrassa, de 43.000 habitantes, en el municipio de L'Hospitalet, celebra este año su primer centenario. La conmemoración coincide con la aprobación de un plan de reforma integral que incluye mejoras urbanísticas y sociales para frenar la degradación de una zona con una población muy envejecida -el 37% de la población es mayor de 65 años- y donde ha aumentado notablemente las desigualdades económicas.

Las propuestas del plan para esponjar este distrito, con 445 habitantes por hectárea, comportan un proceso de expropiación que ya se ha iniciado y que afectará a más de un centenar de familias.

En el año 1902 los hermanos Pere y Manel Romaní y Clemente Mas, vecinos del entonces municipio de Sants, perfilaron el primer plan urbanístico de gran envergadura que hizo posible la configuración de estos barrios, en los que vive el 15,6% de la población de L'Hospitalet. Los orígenes documentados de esta zona se remontan al año 987, cuando el obispo Oliva compró unos terrenos entre la capilla románica de Santa Eulàlia de Provençana y el caserón de La Torrassa. El suelo blancuzco y una depresión del terreno en forma de collada dieron nombre al barrio de Collblanc. El origen de La Torrassa es posterior y hay que situarlo en el viejo caserón que se encuentra en la ronda de La Torrassa, donde con anterioridad existía un torreón de defensa de Barcelona.

El distrito, cuyos terrenos acogían viñedos e higueras, empezó a configurarse a principios del siglo pasado a lo largo de la Travessera de Collblanc, antiguo ramal de la Via Augusta, y la carretera de Collblanc, cuando se iniciaron los primeros planes urbanísticos porque los propietarios de terrenos afectados por la filoxera comenzaron a vender sus tierras a propietarios barceloneses. En la década de 1920 se empezó a edificar coincidiendo con la llegada de los primeros inmigrantes que acudieron a Cataluña para trabajar en la construcción del metro. Muchos de ellos eran de procedencia murciana, por lo que el barrio era conocido como la Murcia chica. Así se multiplicó el número de habitantes y de viviendas.

Las formas rápidas de edificar dieron paso a construcciones típicas como los pasillos, con patios interiores donde se distribuían cuatro o cinco viviendas de 35 o 40 metros cuadrados, algunas de las cuales todavía se conservan. Era una época, según Inocencio Salmerón, historiador y vecino del barrio, de muchos problemas políticos. 'Una parte de la población no veía con buenos ojos la inmigración, y esto hizo proliferar los centros con tendencias anarquistas'.

La nueva oleada de inmigración de los años cincuenta y sesenta duplicó de nuevo la población hasta configurar un barrio denso con un crecimiento tan rápido que favoreció la especulación. Muchos de estos problemas se han ido arrastrando hasta la actualidad, y así se explica que haya 2.800 pisos vacios y que falten equipamientos. El plan de reforma pretende paliar estos problemas, así como afrontar la llegada de la nueva inmigración que se concentra en esta zona y que ya supone el 7,8% de la población de La Torrassa y el 4,6% de Collblanc. El plan prevé, entre otros aspectos, la creación de 63.330 metros cuadrados de espacios verdes y la reforma de otros 7.950 que ya existen, además de la ampliación de viales. Estas operaciones supondrán la expropiación de las viviendas de un centenar de familias, entre propietarios y arrendatarios, A principios del año 2003 se les entregarán las viviendas que comenzarán a construirse dentro de dos meses en Collblanc. Otras ya están prácticamente finalizadas en en barrio de Santa Eulàlia. La sociedad municipal L'Hospitalet 2010 y el Instituto Catalán del Suelo (Incasol) impulsan los tres planes especiales de reforma que cambiarán la fisonomía del distrito.

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