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Los encuentros sobre el grabado 'Okupgraf' se cierran con una muestra de los fondos del Artium

La exposición de Vitoria difunde la labor editorial de la galería madrileña Ginkgo

Ginkgo era una de las galerías emblemáticas del Madrid de los años 90 que se caracterizó por especializarse en el difícil arte de la edición de grabado. Muchas de aquellas obras fueron adquiridas por el Museo de Bellas Artes de Álava, han pasado a Artium y, ahora, conforman la exposición de los II Encuentros de Gráfica Okupgraf 2001, organizados alrededor del centro artístico Arteleku de San Sebastián. La muestra se exhibe en la casa de cultura Ignacio Aldecoa de la capital alavesa y estará abierta al público hasta el próximo 27 de abril.

Los Encuentros Okupgraf tratan de reivindicar las distintas facetas creativas de la gráfica desde muy distintas perspectivas. Su segunda convocatoria comenzó en Vitoria en el centro cultural Montehermoso con la propuesta Colorea y pinta del grupo Txokolarte. Y termina en la casa de cultura con la exhibición de una colección de grabados de destacados artistas contemporáneos, como Alfonso Albacete, Carlos Pazos, Jordi Colomer o Eva Lootz. Entremedias, se han celebrado 25 exposiciones, 11 actividades participativas, dos ediciones de obra gráfica, un concurso de múltiples en escultura y un seminario en Internet con la participación de personalidades relevantes del mundo del arte.

La mayor parte de las aportaciones que se presentan en Vitoria procede de la desaparecida galería madrileña Ginkgo, que contaba con el también artista Mitsuo Miura como técnico. Al frente de esta sala, que también funcionó como editorial, estaba Arturo Rodríguez, quien prologa el pequeño catálogo de la muestra. Recuerda cómo 'por primera vez, Mitsuo no trabajaba por encargo de otro, él era su propio cliente y, por lo tanto, quería lo mejor del mejor artista al que pudiera acceder'. Así se puede disfrutar en la exposición, con los aguafuertes y aguatintas de Alfonso Albacete o las serigrafías de Alfredo Alcain. Son dos muestras excelentes del cuidado con el que Miura llevaba a cabo sus trabajos para Ginkgo.

Entre los presupuestos que caracterizan toda esta colección que se presenta en Vitoria está en primer lugar el de que la obra seriada no era nunca un asunto banal. Es decir, los artistas creaban especialmente para la técnica que utilizaban. En este ámbito destaca por ejemplo la serie de Eva Lootz titulada Hojas parlantes, en la que se mezclan distintas técnicas, como el aguafuerte, el fotograbado y el gofrado sin tinta.

También merecen mención especial las aportaciones de Juan Hidalgo, uno de los vanguardistas históricos del último medio siglo, quien trabaja con aguafuerte y fotograbado. Hidalgo, siguiendo su trayectoria en la que la palabra cuenta con un peso especial ofrece una serie de pequeñas intervenciones poéticas, como la que dice: 'Esta noche, después de dejar a Félix de madrugada, un ruiseñor cantaba en la plaza de Olavide'. Y no hay que dejar de reseñar otras series que entran de lleno en el campo de la edición literaria como Nueva geografía dorada (para chicos y chicas), de Jordi Colomer.

Esta galería supuso un verdadero hito en la gráfica española del último cuarto de siglo pasado. Pero la crisis de los noventa abocó a la sala al cierre. Según Arturo Rodríguez, cuando la galería Ginkgo comenzaba a ofrecer exposiciones de obra única de jóvenes artistas. Por lo menos queda el recuerdo de su trabajo como editor en la exposición que ahora se presenta en Vitoria.

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Esta muestra se completa con la conferencia que ofrecerá el historiador de arte Laurentino Aliende, El grabado a partir de los sesenta, el 12 de abril, a partir de las 20 horas en la propia casa de cultura.

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