'El tráfico es lo más difícil de solucionar en Semana Santa'

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (59 años), sabe que la Semana Santa es el gran escaparate de una ciudad que ambiciona dejar de ser oferta complementaria de la Costa del Sol y convertirse en destino preferente. Ese objetivo centra la última recta de su mandato.

El ritmo que lleva en Semana Santa parece excesivo para un hombre sereno y mesurado como Francisco de la Torre (PP). Los compromisos procesionales no le permiten irse a la cama antes de las tres de la mañana, y cuatro horas y media después, a las 7.30, ya está en su despacho. Pero asegura que no le pesa y que dos sesiones semanales de natación le dejan el cuerpo nuevo. Malagueño militante aunque alejado del folclorismo, De la Torre vive la fiesta como una oportunidad de mostrar la nueva cara de una ciudad que aspira a convertirse en gran metrópoli mediterránea, pese a que algunos de sus grandes proyectos le estén dando más de un dolor de cabeza.

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Pregunta. ¿Qué supone preparar Málaga para un evento como la Semana Santa?

Respuesta. La Semana Santa supone una avalancha de miles de personas que se concentran en un espacio de un millón de metros cuadrados. El centro tiene que estar preparado para acoger a unas 700.000 personas en el día de más concentración, el Jueves Santo, y a unos cinco millones a lo largo de toda la semana. Eso supone movilizar cada día un millar de agentes de los distintos cuerpos, y eso sin desatender el trabajo en los distritos. Luego se estudia el tráfico; los problemas que se crean con los cortes de circulación por el paso de las procesiones, las alternativas que hay que facilitar, etcétera, lo cual es especialmente complicado en una ciudad como Málaga, donde no tenemos una ronda de 360 grados, sino un eje litoral.

P. ¿Le quita más el sueño el tráfico que el riesgo de una algarada callejera como la que vivió Sevilla hace dos años?

R. Lo que pasó en Sevilla en la Madrugá no parece fácil que se repita, pero es verdad que junto al trabajo oficial, es básica la colaboración de la gente; el sentido común, la prudencia y la costumbre de moverse en grandes aglomeraciones. En Málaga se viven momentos verdaderamente difíciles en las salidas procesionales, por lo reducido del espacio y la magnitud de los tronos, que son como barcos de 14 o 15 metros. Y, milagrosamente, no pasa nunca ningún incidente. Ahí juegan mucho los años de costumbre. Pero el tema del tráfico es más difícil de solucionar, porque las calles tienen el tamaño que tienen y el número de coches va creciendo año tras año. Nosotros hacemos un refuerzo del transporte público y, según lo que he podido ver estas noches, está teniendo éxito. Aún así, las tribunas que están instaladas en las principales calles del centro dificultan el tráfico durante el día, así que estamos pensando en construir una tribuna telescópica que se pueda recoger mientras no haya desfiles, que es algo que si no somos capaces de hacerla aquí, encargaremos fuera.

P. No diga eso, que los promotores se han quejado porque el Ayuntamiento adjudica muchas obras fuera.

R. (Sonríe) Bueno, aquí cuando hablo de fuera hablo de fuera del ayuntamiento, no de la ciudad. En todo caso, la afirmación de los promotores se hacía en el contexto de un informe donde se destacaba que el Ayuntamiento había hecho un esfuerzo muy importante en inversiones, informe que resultaba más gratificante de leer cuando se destacaba que la Junta, que maneja más de tres veces los presupuestos de los ayuntamientos, ha invertido en Málaga bastante menos de la mitad que nosotros. Sobre dónde escoger los contratistas, hombre, nosotros nos llevamos una alegría cada vez que un contratista local gana, pero no podemos violentar unas adjudicaciones que tienen que ser transparentes.

P. ¿Los visitantes de Semana Santa tienen ahora una oferta complementaria más amplia?

R. Yo lo veo clarísimo. La propia evolución de la Semana Santa, que es mérito de los cofrades, le debe también algo a la mejora del centro histórico, que se nos ha reconocido con exposiciones y premios internacionales. Y en nuestra oferta tradicional de playas también tenemos mejoras como el Paseo Marítimo de Poniente o las actuaciones en el litoral Este. Pero la oferta cultural de la ciudad, sin que se haya dado el gran paso que está al llegar en cuanto a grandes museos, ha mejorado mucho con los centros temáticos y las actuaciones sobre el patrimonio. La Alcazaba es un ejemplo, aunque nos quede recuperar las piezas arqueológicas halladas allí para exponerlas. Además están el teatro romano, las excavaciones de la Málaga fenicia, Gibralfaro, que está más cuidado que nunca, en fin, todo eso suma una oferta completa.

P. En cuanto al gran acontecimiento, la apertura del Museo Picasso, ¿Cree que habrá retrasos?

R. Yo confío en que no. Hay detrás una empresa seria, y aunque parece que queda bastante obra por hacer, y pese al incidente del incendio, los datos técnicos dicen que se puede cumplir el calendario, lo cual para mí es de lo más satisfactorio, porque el Museo Picasso tendrá una incidencia especial. El caso es que antes de octubre de 2003 [fecha prevista para la inauguración], otros proyectos también irán viendo la luz, como el Centro de Arte Contemporáneo, o una infraestructura con el potencial del Palacio de Ferias y Exposiciones, que estará operativo en 2003.

P. ¿Qué partes de la nueva Málaga son mérito suyo?

R. Hay muchas cosas de las cuales uno se puede sentir orgulloso, tanto las que se han impulsado durante la etapa en que yo era responsable de Urbanismo como ahora como alcalde, en ambos casos desde la consciencia de formar parte de un equipo. Mencionaría la creación de parques sobre zonas que hasta ahora eran puntos de riesgo de contaminación ambiental, o la desalobradora, que garantiza el abastecimiento con agua de calidad. Pero la labor en infraestructuras de barrio o la eliminación de barreras arquitectónicas también es algo a lo que le doy mucha importancia, y que ya tenemos en marcha. Son muchos temas. También la lucha porque el Palacio de Ferias sea una realidad, que lo será. O la preocupación por el patrimonio, o la rehabilitación del centro histórico y de Calle Larios, que serán de las que hacen época en la ciudad por todo lo que tienen de fidelidad histórica, amor a la ciudad, etcétera. Podría poner muchos ejemplos.