La casa de la tolerancia
El Ateneo de Cádiz celebra su 145º aniversario con una nueva sede y el objetivo de potenciar su actividad
Sin bandera política ni religiosa, el Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz sólo rinde culto al pasado glorioso de algunos de sus ilustres socios, como Adolfo de Castro, Cayetano del Toro, Ramón Ventín o José María Pemán, y a una fecha, el 19 de julio de este año. Para entonces, esta entidad cumplirá 145 años -la tercera más antigua de España por detrás sólo de Madrid y Barcelona-, una efeméride que encumbra la nueva junta directiva, presidida por Ignacio Moreno, a la categoría de punto de inflexión para renovar las estructuras y reforzar el gran objetivo ateneísta: ser un referente cultural en Cádiz, Andalucía e incluso España.
No se trata de un lavado de cara o un barniz superficial de fachada, según explica Moreno, licenciado en Historia de 48 años, presidente electo desde julio del 2000. 'Queremos convertir el Ateneo en una institución de prestigio, pero transparente y participativa, con una apertura constante a la sociedad, y un peso específico a la hora de divulgar las actividades culturales de esta ciudad en la que los jóvenes tengan cabida', subraya Moreno, quien ha introducido muchos cambios y ha retocado algunas viejas estructuras que habían asentado esta entidad, a su juicio, en el 'inmovilismo y el alejamiento de la realidad que le rodeaba'.
Desde su creación en el Cádiz liberal y cosmopolita de mediados del siglo XIX, el Ateneo no se había embarcado en tantas aventuras culturales y sociales como en la actualidad. Concede los premios Gaditanos del Año en 10 modalidades; edita una revista anual; organiza paseos culturales por la ciudad y conciertos clásicos en verano; ha institucionalizado homenajes anuales a Manuel de Falla y José María Pemán; ha inaugurado simbólicamente el Monumento a las Cortes de Cádiz, y ha refundado la Orden del Chato -con la que Pemán recibió un homenaje en 1946 cuando fue investido presidente de la Real Academia de la Lengua- con las esencias del tipismo del folclor gaditano.
Para mantener estas actividades, el Ateneo tiene en la riqueza humana y profesional de sus más de 250 socios el mejor asidero donde agarrarse. Entre los ateneístas, sobresalen los catedráticos o docentes universitarios Pedro Payán Sotomayor, Alberto Ramos, José Ruiz Navarro o Juan Ramón Cirici; los historiadores José María García León -anterior presidente del Ateneo- o Angel Mozo Polo; los empresarios José Ramón Pérez Díaz Alersi, Evelio Ingunza, José Andreu o Emilio Corbacho; los periodistas Joaquín Durán o Antonio Yélamo Crespillo; los médicos Fernando Delgado Lallemand, Manolo Concha, Joaquín Portela o José Gutiérrez Somoscarrera, así como una representación destacada de mujeres como Carolina Camacho, Marisa de las Cuevas, Selva Otero o Pilar Martín del Río. Son algunos de los nombres propios de una entidad que se asienta en dos creencias, según el presidente: 'Practicamos el consenso porque somos la casa de la tolerancia'.
Con estos ingredientes humanos, el Ateneo lucha por prosperar con nuevos cometidos, como la solicitud de la Medalla de Oro de la ciudad de Cádiz y liderar la petición de que la capital gaditana sea declarada Patrimonio de la Humanidad. Además, el Ateneo promueve el recuerdo de su historia, que tiene dos grandes legados: la visita de personajes ilustres, como el escritor y presidente de la II República Manuel Azaña; el médico y ensayista Gregorio Marañón; y el Nobel de Literatura Camilo José Cela, y una de las bibliotecas de mayor valor de Cádiz. Se trata de una colección de 7.000 volúmenes, eminentemente decimonónicos, donados por ilustres ateneístas durante su larga historia y que ahora, según explica Moreno, estarán a disposición de los socios y los gaditanos en la nueva sede -primera en propiedad- que estrenarán, en breve, en la popular calle Ancha.
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