Cuando el silencio es oro
El Reino Unido hubiera sido un lugar mucho mejor si la baronesa Thatcher nunca hubiera existido. La política británica se habría distorsionado menos, su sociedad habría sido menos desigual, sus servicios públicos no se habrían deteriorado tanto y los medios de comunicación conservadores serían menos fanáticos. El Reino Unido estaría más en paz con Europa y consigo mismo. (...)
El exilio de la vida política que se ha impuesto Thatcher es un bienvenido alivio, aunque su mala salud merezca nuestra simpatía. El país necesita una discusión nacional en la izquierda y en la derecha que nos libere de las supuestas verdades políticas que representa el thatcherismo. (...) Cuanto antes desaparezca su larga sombra, tanto mejor. (...)
Las ideas y las circunstancias, aliadas con la oportunidad, son las que impulsan la política, y Thatcher no fue más que una política conservadora de clase media, anormalmente llena de prejuicios (...) Thatcher desarrolló una política conservadora orientada a rebajar vertiginosamente los impuestos a los ricos y a los propietarios, al tiempo que rebajaba el gasto y la inversión en servicios públicos básicos, el legado al que el país se enfrenta en la sanidad, la educación y el transporte y cuya magnitud el nuevo laborismo sólo ahora empieza a afrontar. (...)
Puede que su voz se haya acallado, pero su perniciosa influencia perdura. La próxima fase de crecimiento en el Reino Unido exige que la olvidemos... y que evaluemos de forma realista qué es lo que realmente logró.
Will Hutton
Londres, 24 de marzo
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