Antiglobalización
Por los mismos motivos que Francesc de Carreras apuntaba, a priori yo tampocome veía en la manifestación antiglobalización del sábado 16 de marzo.Cerca ya de los 60, no estamos, ni mi mujer ni yo, para muchos sobresaltos y el escepticismo empieza a pesar tanto como los achaques físicos. Pero los comentarios displicentes del señor Aznar me tocaron el voraviu, y el artículo del señor de Carreras puso la puntilla. Según el agudo análisis del primero, que parece haber hecho mella en el segundo, debería bastar que Batasuna salga a la calle para que los demócratas nos quedemos en casa. Así se las ponían a Fernando VII. Pues justamente por eso fuimos: porque no queremos regalarle la calle a Batasuna ni a Aznar. En este caso ya no se trata de si es o no posible otro mundo -que, a pesar de los pesares, yo creo que sí-, se trata de defender con uñas y dientes el mundo que ya tenemos: el del Estado de derecho, el de las libertades fundamentales de expresión y manifestación, el mundo de Rousseau -que cita nuestro catedrático- donde el derecho a gritar no se otorga, porque rige el gobierno de las leyes frente al gobierno de los hombres.
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