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Columna
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El euro y el 'efecto anuncio'

En el último mes, mientras las noticias sobre la marcha de la economía europea no han deparado ninguna sorpresa significativa, el optimismo sobre la economía estadounidense se ha acentuado, siendo pocos los que todavía dudan de una inmediata recuperación de la actividad. Sin embargo, en este contexto, cuando parecía que todos los factores presionaban el euro a la baja, éste se ha apreciado ligeramente, hasta superar los 0,88. Y es que, algunas veces, los movimientos de las divisas se ven condicionados por flujos o movimientos que tienen lugar en otros mercados. De hecho, en los últimos días, la cotización euro-dólar se ha visto más afectada por las compras de yenes ante la proximidad del cierre del año fiscal en Japón que por cuestiones propias de la divisa europea. Compras que han debilitado al dólar y apreciado relativamente al euro.

Los movimientos de fondos contienen 'efectos anuncio' que influyen en la cotización de las divisas

No cabe duda del importante papel que los flujos de fondos tienen en la cotización de las divisas, no sólo por los movimientos de repatriación de capitales, sino también por los efectos de las operaciones de fusiones o adquisiciones transfronterizas. De particular trascendencia han sido este tipo de operaciones entre EE UU y Europa por su impacto sobre la cotización del dólar-euro. No obstante, no hay que olvidar que, en los mercados de divisas, el volumen de negociación supera el billón de dólares por día, en tanto que las operaciones comentadas apenas alcanzan unos miles de millones de dólares por mes. Entonces, ¿por qué estas operaciones guardan relación con la cotización del dólar-euro? El informe de diciembre del Banco Internacional de Pagos publica un estudio con interesantes resultados, en el que se concluye que el principal determinante de esta relación es el llamado efecto anuncio, es decir, el efecto generado sobre la divisa cuando se hace público el acuerdo entre ambas empresas, si bien para que el anuncio tenga efectos no debe ser un caso aislado, sino que debe existir cierta continuidad en la actividad. En consecuencia, la divisa reacciona ante dichos acuerdos debido a que éstos son interpretados como una señalización de las mejores perspectivas de crecimiento de la economía en la que se realiza la inversión respecto a la de origen de la misma.

En este sentido, más allá de cuestiones concretas que puedan repercutir en los mercados de divisas en un momento puntual, son los fundamentos los que resultan decisivos en la determinación del tipo de cambio en el largo plazo. En la actualidad, no hay evidencia de cambios en el efecto anuncio que beneficien al euro y el impacto del cierre del año fiscal japonés es un efecto transitorio, por lo que las recientes apreciaciones de la divisa europea podrían ser sólo puntuales.

Montse Martínez es economista del servicio de estudios del BBVA.

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