Del municipio de Boadilla del Monte

Soy la responsable de la política municipal del PSOE en el tristemente célebre municipio de Boadilla del Monte por el llamémosle 'peculiar estilo' de hacer política de un concejal independiente. No sólo sufrimos la desdicha de este concejal, sino que tenemos cuatro más con esa denominación política y cuya única independencia consiste en apoyar con sus votos el deterioro de este municipio y la masiva construcción que están intentando llevar a buen puerto - para el caso de Boadilla del Monte sería un malísimo puerto, porque del monte sólo le va a quedar el nombre del municipio- y ayudando a que el Grupo Popular, que no sacó mayoría absoluta en las últimas elecciones municipales, haga de su capa un sayo.

La participación ciudadana en este municipio es nula, no se han creado ni siquiera los consejos sectoriales y así no pueden dar su opinión ni las asociaciones de ciudadanos, ni las APAS, ni la juventud, sobre los asuntos que a todos los vecinos nos interesan, como son la falta de plazas escolares, especialmente de escuelas infantiles; las de sanidad, puesto que una consulta corriente a un especialista puede tardar en darte hora hasta tres meses; el transporte, que es un verdadero caos de las siete a las diez de la mañana, ya que no se puede salir en menos de una hora del término municipal,...

Sólo hemos quedado los ciudadanos para votar cada cuatro años, ya que el grupo que gobierna, mejor dicho que manda, hace que todas las iniciativas y mociones que no sean las del PP y Eficacia Independiente se desestimen por las causas más peregrinas.

La oposición, según el equipo de gobierno de Boadilla del Monte, lo único que hace es detener o retrasar cualquier acuerdo, ya sea cuando el PSOE se opone a las ilegalidades que se consuman con las votaciones, o cuando se presentan pleno tras pleno mociones que interesan a los vecinos y no a las constructoras: son sistemáticamente desestimadas por esa mayoría creada después de las últimas elecciones (llevamos tres alcaldes en dos años). Las comisiones informativas brillan por su ausencia y se aprueba todo tipo de acuerdos por urgencia, que es el sistema menos democrático con el que puede funcionar un Ayuntamiento.

Por lo anteriormente expuesto, creo que los vecinos de Boadilla nos merecemos un Ayuntamiento más democrático y más moderno en su funcionamiento respecto a las asociaciones y vecinos en general.