Venderse uno mismo
Desafiando todas las leyes del mercado, en pleno año de crisis y la semana anterior a la Semana Santa, el siempre imprevisible Manu Chao va y actúa por sorpresa cuatro días, sin campaña de promoción y haciendo que se agoten las entradas en una sala madrileña que ronda las dos mil personas. Semejante machada sólo puede hacerla este cosmopolita bajito, músico a continuo contrapelo que se tiene a sí mismo como objeto de mercadotecnia y que se vende de modo inconmensurable, para lo poco que se prodiga en el estudio de grabación y en los canales habituales de la música.
Para esta visita, Manu Chao ha prescindido de músicos de viento y ofrece una formación más rockera para completar algo más de dos horas de actuación a toda velocidad, en la que sonaron, en versiones bastante distintas al original, sus canciones más populares: Clandestino, Desaparecido, Mala vida, Mr. Bobby Marley, Welcome to Tijuana y hasta el clásico Volver, volver. Todo ello a una velocidad vertiginosa, con batería y percusionista marcando tambores de guerra y no dejando que el respetable pose los pies en el suelo apenas unos segundos. Siempre aporta Chao ese espíritu de kermesse popular y revolucionaria del primer tercio del siglo pasado que tanto contagia al público y lo pone a bailar casi siempre sobre la secuencia rítmica del reggae, otra música insurgente. Como es de rigor, la pólvora rebelde se termina gastando en salvas y al final queda sólo una noche de frenético baile intrascendente, lo cual no es poco. Eso sí, a estas alturas parece ser que todo el mundo tiene ya claro que hace falta más que un disco de Manu Chao para hacer la revolución.
Radio Bemba Sound System
Sala La Riviera. 13 y 16 euros. 18, 19, 22 y 23 de marzo. Madrid.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.