_
_
_
_
FÚTBOL | Liga de Campeones

El fracaso de la perversión italiana

Santiago Segurola
Más información
El Barça doma al Galatasaray

Al fútbol español le cabe el honor de haber actuado de dique. Se resistió durante años a un mensaje que invadió al mundo, al mensaje que llegaba desde Italia. Los equipos españoles prefirieron atender al legado de Cruyff y al de todos aquellos que cuestionaban la aparente supremacía del calcio. Lo han hecho con inteligencia y sin ingenuidad a través de un equilibrio donde lo táctico es importante pero no exclusivo, donde los buenos jugadores son esenciales para jugar -en el término estricto de la palabra-, donde el buen uso del balón determina una suerte de superioridad moral que merece trasladarse al resultado, donde la victoria se respeta en lo que vale, pero sale discutida, y hasta rechazada, si se avala por un fútbol miserable, el fútbol que inexplicablemente se proclama en un país que siempre ha entendido la belleza como un motor de vida y progreso. Por ahí deberían comenzar a quejarse los periódicos italianos. Porque el cataclismo de sus equipos sólo es la consecuencia de una mirada mezquina y perversa. De su fealdad.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_