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Entrevista:RAFA MIRALLES | Coordinador de la falla Arrancapins | Convers@ciones en la red

'Nos gusta ir de falleras y somos republicanos'

La falla Arrancapins está en la calle del Pintor Vila Prades, casi en la confluencia con la de Ángel Guimerá, donde se encontraba la tienda de comestibles de Amadeo Bayo García, presidente de la comisión durante los años setenta. También puede visitarse en http://communities.msn.es/FallaArrancapins/. Rafa Miralles tiene 34 años, pertenece a la falla desde los tres, 'por puro barrio y porque me gusta rajar' y aunque en los papeles aparezca como presidente de la comisión, en realidad es el coordinador de esta singular falla fundada en 1908.

Pregunta. ¿Por qué se hacen ustedes la falla? ¿Por manitas, por manifassers o por fer la má?

Respuesta. Porque somos personas creativas y además es más barato.

P. ¿En qué se parece una fallera a un pavo? R. En que están entre el máximo lucimiento y el más absoluto ridículo

P. Tampoco eligen fallera mayor, ni van a la ofrenda.

R. La fallera mayor es una figura fuera de lugar. La mujer florero nunca nos ha interesado y lamentamos que se utilice esa figura en el mundo de las fallas.

P. ¿'Paraules, paraules', el tema de este año, es porque ustedes son muy ilustrados o porque hay mucho analfabeto por ahí?

R. Nos gusta mucho la cantante Mina y teníamos muchas cosas que decir. Hemos buscado el formato de un alfabeto que hemos trasladado de la falla al llibret en forma de diccionario.

P. Leo en el llibret que han colgado en la web: 'Si monarquia es herència / de gens i arbitrarietat / la república es ciència / de democràtica essència / elegida en llibertat'.

R. Sí, falla republicana. Tampoco nos gustan los reyes floreros. La monarquía está muy bien para los cuentos. Intentamos ser respetuosos y a la vez cañeros, como el buen espíritu fallero.

P. ¿Lo de hacer vespertà en lugar de despertà es por respeto a los vecinos o a ustedes mismos?

R. Nosotros somos falleros y ciudadanos y sabemos que la despertà es una auténtica putada. Por la noche nos lo pide más el cuerpo y molestamos menos. Además, no tomamos éxtasis para aguantar tantas horas.

P. Sus espectáculos de variedades los califican de alto voltaje erótico ¿hay mucho socarrat?

R. Hacemos guiños de cabaret. En el último había unas proyecciones que eran auténticos monumentos a la cultura gay. En esta falla somos muchos gays, aunque también hay muchos que no lo son.

P. ¿Hacen travestismo de falleras?

R. Continuamente. Hay gente que estamos obsesionados con eso, debe ser algo freudiano, pero nos encanta travestirnos. Todo es posible y si se tercia sacamos al ruedo un fascista con bigotillo de Franco y peineta de fallera, cantado una canción de Conchita Bautista. Lo nuestro es fruto del placer del trabajo, de las drogas blandas, del alcohol y de estar a gusto con tus amigos. De ahí salen cosas un tanto pasadas de rosca, pero que no escandalizan porque tenemos un público muy nuestro.

P. Deben ser una excepción en un mundo tan homófobo como el de las fallas.

R. En las fallas hay homofobia por machismo y a la vez hay una homosexualidad tremenda. En Valencia no hay falla que no tenga sus tres o cuatro mariquitas para que les organicen sus concursos de play back y para que llenen los bocadillos de chorizo. Aquí, muchas veces nos cachondeamos de nosotros mismos, porque esto parece la jaula de las locas, pero de ninguna manera somos una falla gay, aunque las fallas en sí, por su propia idiosincrasia, son muy gays.

P. ¿En qué se parece una fallera a un pavo?

R. Por esa capacidad de ir en una cuerda floja que va del máximo lucimiento y del máximo espectáculo al ridículo, puedes acabar pública y estéticamente en la más absoluta miseria, o puedes ser la reina de la noche.

P. ¿Las fallas se están haciendo lights?

R. Yo siempre las he conocido como un pretexto para ganar premios y un lucimiento máximo. Por eso, nosotros trabajamos para que la exhibición vaya por otra vía, para que nos digan qué bonita falla tenéis porque estamos diciendo un montón de cosas y estamos criticando cosas atacables. En contenidos sí son lights: todas hablarán de Bin Laden, nosotros también, pero en otros términos. Las fallas están perdiendo la oportunidad de decir algo, hay muchas maneras mejores de decir las cosas que votando cada cuatro años.

P. ¿Por qué usan ese apestoso falso corcho que es de plástico?

R. Lo usamos en la menor medida posible, pero facilita el trabajo enormemente. Nosotros somos grandes recicladores que cogemos de los contenedores materiales que luego usamos en la falla.

P. ¿Cómo les perciben los demás falleros?

R. Creo que nos ven como especialmente politizados sin darse cuenta de que las fallas están politizadas por naturaleza y que lo que pasa es que nosotros tenemos un pensamiento político diferente. Lo que sí puede verse es que somos gente muy trabajadora, que curramos día a día haciendo la falla y eso a la gente le gusta más que ver a otros falleros comiendo buñuelos mientras juegan a las cartas.

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