El dinero público sostiene en la élite deportiva a muchos clubes
Las subvenciones mantienen a los equipos valencianos
¿Por qué las instituciones públicas subvencionan cada año a los clubes deportivos, que son entidades privadas? ¿Por qué los organismos oficiales financian directamente a muchos clubes que sin este apoyo estarían condenados a la desaparición o, como mal menor, a una modesta existencia? ¿Por qué la Diputación, por ejemplo, destina 60.240 euros (10 millones de pesetas) para un club tan profesionalizado como el Pamesa?
En la Comunidad Valenciana las instituciones públicas subvencionan directamente a los clubes deportivos de élite de las diferentes modalidades. Gracias a estas cuantiosas ayudas esta autonomía cuenta con muchos equipos en la élite: el CB Valencia en balonmano masculino; El Osito L'Eliana, el Ferrobús Mislata y el Elda, en balonmano femenino; el Ros Casares en baloncesto femenino; el Valencia Vijusa y el Playas de Castellón en fútbol sala masculino; el Valencia Terra i Mar en atletismo; el Levante en fútbol femenino... Hay pocas voces críticas contra esta política -una costumbre ya- deportiva.
En Cataluña, por ejemplo, los clubes también reciben apoyo oficial, pero son las distintas federaciones las encargadas de asignar la subvención atendiendo a diferentes criterios: trayectoria, palmarés, potencial y repercusión del deporte.
'Muchos clubes desaparecerían sin el apoyo de las instituciones', asegura Vicente Fayos, presidente del Valencia Vijusa, actual campeón de la Copa del Rey y subcampeón de liga en 2001. El Vijusa, un club modesto, se codea ahora con los equipos más potentes de España. Hace unos años pasó su particular calvario, agravado por el descenso de categoría. Sobrevivió a duras penas, sostenido por el empeño de sus directivos y el firme apoyo del empresario Juan Carlos Cebrián, dueño de la empresa de productos de limpieza Vijusa, que ahora copatrocina al club. No sólo sobrevivió, sino que se repuso e irrumpió en la División de Honor del fútbol sala nacional para luchar por los títulos nacionales.
El Vijusa, cuyo presupuesto ronda los 481.927 euros (80 millones de pesetas), recibe cada temporada unos 240.963 euros (40 millones de pesetas) del Ayuntamiento y 36.000 euros de la Generalitat. Gracias a estas ayudas públicas se ha convertido en uno de los clubes punteros de España, circunstancia que ha disparado también sus gastos. 'Ser subcampeones de liga y ganar la Copa provocó que tuviéramos que revisar los contratos de muchos jugadores. Los sueldos subieron un 30%', afirma Fayos, presidente del Vijusa, cuyo principal patrocinador es el Ayuntamiento, que subvenciona desde hace cuatro años a una asociación que agrupa a siete clubes de la capital valenciana: el CB Valencia (balonmano masculino), antiguo Airtel; el CAU de rubgy; los Bats de fútbol americano; el club Valencia Halterofilia; el Marítim de balonmano femenino y el Vijusa. Estos clubes se repartirán en 2002 unos 903.614 euros (150 millones de pesetas). Las porciones más grandes del pastel se las llevan el CB Valencia y el Vijusa, los equipos de la asociación con mayor presupuesto y respaldo social.
Si el Ayuntamiento mantiene desde hace cuatro años un convenio de patrocinio con la Asociación de Clubes Deportivos de Valencia, la Generalitat reparte 1.144.578 euros (190 millones de pesetas) entre 28 equipos, llevándose la palma el Valencia Terra i Mar, un club de atletismo femenino (la sección masculina fue desmantelada), gestionado por el ex atleta y entrenador Rafael Blanquer, que recibe casi 192.771 euros del Consell y 403.614 euros de la Diputación de Valencia.
Otros clubes subvencionados por el Consell son El Osito L'Eliana de balonmano femenino, campeón de Europa en 1998, que recibe 400.000 euros, además de los 12.048 euros que le da la Diputación. Todo ello, sin contar con las partidas que obtiene del Ayuntamiento de L'Eliana y de la Feria de Muestras.
El Ferrobús Mislata, otro de los clubes más representativos de la Comunidad Valenciana, cuyo presupuesto es de 722.891 euros (120 millones de pesetas), recibió en 2001 156.626 euros de la Dirección General de Deportes de la Generalitat y 90.361 euros de la Diputación de Valencia; además, el Ayuntamiento de Mislata también subvencionó con 24.000 euros al campeón de la Copa de la Reina en 2001. Y eso que el Ferrobús cuenta con un sólido patrocinador desde hace varios años; un sponsor que aporta el 40% del presupuesto total del club.
El Ferrobús es uno de los pocos clubes valencianos que ha arraigado en la misma población, en Mislata. El resto se ha visto obligado a un peregrinaje constante: El Ros Casares, antiguo Dorna, comenzó en Godella y ha acabado en Valencia; El Osito, antiguo Iber, comenzó en Valencia y ahora está en L'Eliana; el CB Valencia, ex Avidesa y Airtel, llegó a jugar en Xàtiva: ahora está en Valencia. Todos estos desplazamientos han sido provocados por los cambios de patrocinador. Un problema que se acabaría, según los clubes, con la aprobación de una ley del mecenazgo que incentivase a los empresarios que apoyaran el deporte.
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