_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Doña Inés

'... y una novicia / que esté para profesar', ofrece el vil Don Juan -vaya mito siniestro; y, además, en el de Zorrilla, se salva- para superar de un golpe la lista de atentados -hombres muertos, mujeres burladas- del segundo más vil del mundo, Don Luis Mejía. El miércoles, una novicia saltó de la ventana de un convento, aquí en Chamberí. Escapa: llevaba un año sin servir, sin siquiera poder atender a los enfermos o hacer las otras labores de las Siervas de María. Vaya nombres: Siervas, Esclavas.

Este tema no dará para mucho en los periódicos: habrá discreción en la orden, más en la familia, y la chica no sé dónde estará escondida, ni qué será de ella. Y además hay poca fe en la prensa para seguir este tipo de sucesos. Son mejores los de musulmanes. Una madre vende a su hija, y la chica se refugia en la autoridad andaluza, que me parece que la va a devolver. 'Vender' a su hija significa otra cosa distinta que nuestros libros de estilo no deben aceptar: es una costumbre española y se llama dote, y en los largos siglos, a las chicas las han casado sus padres por una dote en España a menos que hayan intervenido en el asunto gentes tan útiles como Celestina o Doña Brígida, o cualquier trotaconventos. Las personas como yo vivimos muy equivocadas cuando proclamamos que la libertad de amar se ha conseguido, y la sexual, y la de la mujer al optar por quien quiere. Pasa en ciudades -no en todos los barrios, en medios con formación libre, y no siempre-. Recuerdo a veces a Godwin, patriarca del librepensamiento, que tuvo una hija con Mary Wollstonecraft, escritora de los derechos de la mujer y de las libertades absolutas: cuando la hija se fue a vivir con otro poeta libertario, Shelley -se admira mucho su estética y su lenguaje, pero no se detiene nadie en su pensamiento-, la repudiaron. Ah, la niña fue Mary Shelley, autora de Frankenstein, en quien muchos ven el retrato de su padre.

Todavía oigo en muchos consultorios a jóvenes que descubren su homosexualidad y su primer horror es que se enteren sus padres, que normalmente aparecen como personas benignas y comprensivas para todo. No sabremos más del bonito suceso de la novicia que huye del convento: en el año 2002, Madrid. Para salvarse de la ablación intelectual del clítoris, secular drama de la mujer española.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_