De cuando descubrimos el mar
En frente del templo hay el mejor bar de vinos que ha tenido nunca Barcelona. Es absolutamente seguro que esto también influye: en la fe y en la belleza. Yo me quedaré un rato aquí, alrededor de un chardonnay australiano que liga bien con la humedad del aire. Ahora bien: ustedes recorran un trozo más. Bajen por la calle del Rec y admiren unos porches con jardines elevados, demibabilónicos, que están acabando de restaurar. Y lleguen hasta el edificio de la Lonja, hagan el favor. Dentro de su caja neoclásica se esconden dos salones, que son, junto con las Atarazanas del otro lado del puerto, lo mejor que ha dejado el gótico civil en la ciudad marítima.
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