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Elorza lanza un ultimátum al PP para que apoye antes de fin de mes el plan urbanístico de Alza

El alcalde entenderá que los populares han roto el pacto de gobierno si no le respaldan

Maribel Marín Yarza

El pacto de gobierno de socialistas y populares en el Ayuntamiento de San Sebastián tiene prácticamente los días contados. El alcalde, Odón Elorza, lanzó ayer un ultimátum en toda regla a su socio de gobierno y le advirtió de que si no apoya el proyecto urbanístico de Auditz Akular en el pleno de final de mes, entenderá que 'ha roto conscientemente' la alianza municipal. La fractura, oídas las dos partes, parece inevitable. La portavoz popular, María San Gil, que ve un trasfondo político evidente en la decisión, dejó claro que su partido no va a cambiar de postura.

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El proyecto de construcción de 2.500 viviendas protegidas en el ensanche de Alza, uno de los barrios más deprimidos de San Sebastián, representa el último y parece que definitivo escollo en las complicadísimas relaciones que han mantenido socialistas y populares desde que suscribieron su pacto de gobierno -el único existente entre ambas formaciones en una capital de provincia española- en 1999. Los dos partidos han ido mostrando sus posturas irreconciliables en asuntos de peso de la gestión municipal, como el proyecto de presupuestos, que dejó en jaque su acuerdo en octubre de 2001, o sus relaciones con los nacionalistas. También en cuestiones, si se quiere, más peregrinas: una de las más recientes, el procedimiento para elegir al pregonero del pasado Carnaval.

Pero la operación urbanística de Auditz Akular ha abierto la brecha definitiva entre los socios. 'Si el PP no aprueba en el próximo pleno la propuesta para desarrollar, a la mayor brevedad, los 2.500 pisos de protección oficial en el ensanche de Alza', enfatizó ayer Elorza, 'el grupo de concejales del PSE y yo como alcalde, entenderemos que el PP ha roto conscientemente y deliberadamente el pacto de gobierno que suscribió en su día, con este compromiso concreto'.

El alcalde hizo pública esta decisión, que deja escaso margen de maniobra a los populares, apenas dos horas después de que concluyese la reunión de la comisión de seguimiento del pacto y en una comparecencia convocada la víspera. Sus argumentos fueron casi los mismos que ha repetido desde que se desató la polémica hace tres semanas. Acusó al PP de 'deslealtad' y de ser el único responsable de la 'gravísima crisis' de su alianza por 'frenar una operación imprescindible' para paliar el problema de la vivienda de la ciudad.

El Ayuntamiento ha desembolsado ya 2.080 millones de pesetas en la compra de suelo para desarrollar este proyecto, en el que el alcalde dice estar trabajando desde 1993. El trámite de la operación es 'largo y complejo', señaló Elorza, como para que 'un socio de gobierno entre comillas quiera paralizarlo'.

El 19 de febrero, los populares votaron en contra de dos expedientes determinantes para el proyecto en la comisión de gobierno municipal: la modificación puntual del Plan General y el dictamen que delimita las lindes entre San Sebastián y Pasaia, los municipios afectados por la intervención. El PP adujo en su momento y reiteró ayer que la construcción de 'todo un barrio' exige una revisión general y no parcial del planeamiento y no está dispuesto a variar de opinión.

Tras conocer la decisión de Elorza, San Gil se presentó ante los periodistas con una copia del programa de gobierno para desmentir las acusaciones del alcalde y anunciar que su partido no cambiará de postura en el pleno que, recordó, se celebrará justo después del congreso extraordinario del PSE, que se celebra en San Sebastián los próximos días 23 y 24.

'Chantaje'

'Toda esta liturgia y escenografía es para que nos eche, pero por lo menos que diga claramente y con gallardía que nos echa, que no diga que nos quedamos fuera del equipo de gobierno', apuntó San Gil.

La portavoz popular interpretó el órdago de Elorza como un 'chantaje' y no dudó en situarlo en un ámbito extramunicipal y en una escena política de acercamiento entre los socialistas y los nacionalistas. 'Odón no quiere gobernar con nosotros, no somos sus aliados naturales', agregó. El propio Elorza volvió a dejar claro minutos antes que nunca se ha sentido cómodo gobernando con el PP. 'Yo hice el gobierno que podía hacer. No tenía otra opción', aseveró.

Pero Elorza sí se empeñó en subrayar, que su postura es exclusivamente de carácter municipal, sin intencionalidad electoral. 'Es absolutamente peregrino y rebuscado que se plantee' esta cuestión 'a 15 meses de la campaña electoral. Siempre he trabajado como alcalde hasta el minuto 90 y si me han dado 92, hasta el 92'. El primer edil pidió públicamente al PP que reconsidere su postura. De no hacerlo, el PSE se quedaría en minoría con nueve concejales, frente a los siete de EA-PNV, los seis del PP y los cinco de EH.

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