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El Consell afirma que el regadío ha perdido superficie en una década

El consejero de Obras Públicas, José Ramón García Antón, esgrimió ayer los últimos inventarios de Agricultura para asegurar que en la Comunidad Valenciana no hay más regadíos y que por lo tanto no incumple el Plan Hidrológico Nacional (PHN), que prohíbe usar agua del trasvase del Ebro para ampliar cultivos. Según sus cifras, si en 1991 había 368.000 hectáreas de regadío, diez años más esa superficie se había reducido ligeramente hasta las 365.000 hectáreas. Es más, según García Antón, los regadíos se han reducido en ese periodo en un 45% en el Vinalopó, con una pérdida total de 23.000 hectáreas; en un 26% en la Vega Baja, con 12.500 hectáreas menos; y en un 12% en L'Alacantí, con 1.300 hectáreas menos.

Ante las críticas de que el trasvase del Ebro había aumentado las expectativas, en forma de nuevos regadíos, urbanizaciones desmesuradas y campos de golf, García Antón, minimizó el efecto de estas actividades. A su juicio, los abastecimientos sólo suponen el 15% del consumo de agua por lo que por mucho que crezcan las urbanizaciones (sólo en la Vega Baja se prevé construir viviendas para 600.000 habitantes) cree que no aumentará el consumo en exceso. Igualmente, afirmó que los campos de golf sólo se abastecen de aguas depuradas que les venden los agricultores. Y recalcó, pese a las denuncias de los ecologistas, que la agricultura valenciana no crece.

Pese a esta merma en las necesidades del campo valenciano, el consejero insistió en que la Comunidad arrastra un déficit que, incluso optimizando las políticas de ahorro de agua, de reutilización de las aguas residuales depuradas y la desalación, sólo se podrá solventar con el agua del Ebro. García Antón convocó a los medios para explicar la bonanza del trazado del trasvase del Ebro seleccionado por el Ministerio de Medio Ambiente. Según dijo, se ha reducido el 95% del impacto ambiental que causaba el trazado inicial, al pasar de 526 hectáreas a sólo 28 hectáreas. En total, solo afectará a cuatro zonas sensibles: la sierra de Ricote-La Navela, el curso alto del río Mijares, el curso medio del Júcar y la rambla de Boltaite.

Sustitución imposible

Por último, el consejero explicó que la sustitución del agua del Júcar con agua del Ebro en el embalse de Tous 'es totalmente imposible, inviable y no se ha planteado nunca en ningún sitio con responsabilidad de Gobierno'. En un principio el trazado preveía usar Tous como embalse de regulación, y aunque el nuevo trazado prevé una conexión, el diseño establece que el agua del Ebro pasa hacia el sur del Júcar sin mezclarse. Pero los críticos con las sustitución de caudales se temen que, a medida que avance la construcción del trasvase, cuando se llegue a Tous se vierta ahí el agua del Ebro, de baja calidad, y, sin esperar a construir más canales, se envíe agua limpia del Júcar hasta el Segura y Almería por el trasvase Tajo-Segura.

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