Cientos de miles de manifestantes piden a la UE que no financie el trasvase del Ebro

Las gentes de la cuenca del Ebro que se oponen al trasvase de su río no se rinden. Ocho meses después de que el Senado aprobara el Plan Hidrológico Nacional (PHN), que prevé el trasvase de 1.050 hectómetros cúbicos de agua del Ebro al sur de España y Barcelona, una multitudinaria manifestación en el centro de la capital catalana exigió ayer de nuevo su retirada. Y pidió a la Comisión Europea que no financie las obras del trasvase. Los organizadores cifraron la asistencia en 400.000 manifestantes, mientras que la Guardia Urbana los dejaba en 150.000. Fueron más que en la marcha celebrada en Barcelona en febrero de 2001. No hubo un solo incidente. En Zaragoza se manifestaron otras 40.000 personas por el mismo motivo.

Los manifestantes, entre los que destacaba la presencia de numerosísimos aragoneses, enviaron un claro mensaje al Gobierno central y a la Comisión Europea. Pero si del Ejecutivo poco esperan ya para que atienda sus argumentos en favor de 'una nueva cultura del agua', sus esperanzas en la Comisión son grandes.

'Estamos pendientes de Europa', afirmó el portavoz de la Plataforma para la Defensa del Ebro, Manolo Tomàs. Y luego, dirigiéndose al presidente de la Comisión Europea y a los comisarios europeos de Política Regional, de Agricultura y de Medio Ambiente, agregó: 'Señor Prodi, señor Barnier, señor Fishler, señora Walström: hagan creíble a la Unión Europea, apliquen sus directivas y no financien los trasvases'. Esta petición, formulada frente a la catedral de Barcelona ante una marea de decenas de miles de manifestantes, resumió el objetivo que en este momento persiguen quienes llevan 18 meses de lucha contra el Plan Hidrológico.

La manifestación de ayer demostró que el rechazo al PHN y al trasvase del Ebro siguen siendo una causa popular en Aragón y Cataluña, pese a la fuerte presión y los medios propagandísticos puestos en juego por el Gobierno central y los de las comunidades autónomas de Murcia, Valencia y Cataluña.

La cola de la manifestación salió del punto de partida, la plaza de Catalunya, dos horas después de comenzada la marcha. La cabecera llegó a la plaza de la catedral a las 13.30 horas, tras recorrer la ronda de Sant Pere y la Via Laietana. Los miles de pancartas y carteles contra el PHN, el trasvase del Ebro, los proyectados pantanos de Biscarrués y Santaliestra, y el recrecimiento de la presa de Yesa, y los lemas contra Aznar, el PP, Pujol y CiU no impidieron que tuviera un marcado tono lúdico y festivo. El actor Oriol Grau leyó un manifiesto en el que se reclama 'una nueva cultura del agua' respetuosa con el medio ambiente.

A la manifestación asistieron el presidente de Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias; el líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall; el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares; el presidente del Partido Aragonés Regionalista (PAR), José Ángel Biel; el diputado de la Xunta Aragonesista José Antonio Labordeta; el secretario general de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod, y el presidente de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura, así como gran número de diputados, eurodiputados, sindicalistas y políticos de la izquierda de Cataluña y Aragón.

Los socialistas tuvieron que oír algunos silbidos y abucheos por la abstención del PSOE en la votación de la resolución sobre política medioambiental en el Parlamento Europeo, resolución que recomienda a la Comisión Europea que no financie trasvases. Pero esta ambigüedad del PSOE no va con el presidente aragonés ni con el PSC. Iglesias reiteró su rotundo rechazo al trasvase, que calificó de 'expropiación del Ebro'. Maragall expresó su confianza en que la resolución sobre desarrollo sostenible que ha de adoptar la cumbre de la UE de los días 15 y 16 en Barcelona 'salve el Ebro para siempre