Directivos de Correos ordenan amañar los controles de calidad que encarga Álvarez Cascos
Altos cargos del servicio envían a los empleados las direcciones particulares de los auditores
El Ministerio de Fomento, que dirige Francisco Álvarez Cascos, contrata anualmente auditorías de calidad para conocer el tiempo que Correos tarda en sus envíos postales. Cientos de panelistas (agentes de la auditora privada) se intercambian cartas, giros y otros productos postales durante un tiempo. Directivos de Correos han remitido por correo electrónico a algunos subordinados información detallada sobre la fecha de las mediciones y la identidad y dirección particular de los posibles panelistas. Los empleados de Correos reciben órdenes de priorizar tales envíos sobre el resto. Fomento considera una 'pérdida de energía' estas prácticas.
El 18 de septiembre de 2001, Fomento adjudicó la auditoría sobre el servicio postal a la empresa Investigación, Planificación y Desarrollo (IPD) por 221.000 euros. Sólo seis días más tarde, un directivo de Correos remitía a sus subordinados por correo electrónico un listado de panelistas, con nombre y dirección particular, para que se agilizasen los envíos del supuesto auditor.
Eloísa Arias, responsable en IPD de esta encuesta, tras mostrar su alarma por el hecho de que su 'fichero confidencial' esté en manos de Correos, intentó restarle trascendencia. 'Sabiendo sólo el nombre de los panelistas no puedes hacer nada. Ahí lo importante es saber cuándo se iba a hacer ese trabajo, y eso era secreto. La fecha la impuso Fomento'.
-¿Y si Correos no sólo conociera los panelistas, sino también la fecha del trabajo?, preguntó este periódico.
-'Entonces sí sería grave', contestó Arias. 'El trabajo en el momento en que se hace es totalmente confidencial. Nosotros respetamos la confidencialidad. Tendría que interrogar al ministerio. ¿Sabe por qué han sido herméticos con usted los panelistas? [Este diario contactó con una veintena de panelistas cuya identidad y dirección particular fue filtrada por directivos de Correos a distintas oficinas]. Porque les prohibimos comentar el trabajo hasta con su propia familia. Porque, ¿quién no conoce un cartero?'.
Directivos de Correos, por pesquisas propias o filtraciones, han descubierto en los tres últimos años cuándo se iban a efectuar las mediciones de IPD y han marcado a los panelistas para priorizar sus envíos, según las órdenes escritas en poder de este diario. En una de esas órdenes, un directivo avisaba el 28 de noviembre a distintas oficinas de Correos de una medición de calidad: 'Hasta el día 31 de noviembre de 2000 es necesario se controle los giros postales impuestos en esa oficina, cuyas cantidades son de 1.000, 1.200 y 1.500 pesetas, impuestos por el mismo remitente. Diariamente y bien por la tarde o a primera de la mañana, si se hubiese depositado giros, bien a través de correo electrónico, indicando señas, destino y número giro/radical y fecha de imposición o mediante copia de G-1 lo remitirán a esta jefatura de red. Se está llevando a cabo un control de calidad, y es necesario si detectáis otros envíos como paquetes, cartas, etcétera, recopiléis los datos del destinatario, señas y destino así como número de envío'. Ese año, los panelistas se repartían entre 66 municipios de Madrid, Barcelona, Alicante, A Coruña, Pontevedra, Sevilla, Toledo, Vizcaya, Zaragoza, Córdoba, Málaga, Segovia, Valencia, Baleares y Asturias.
La medición de calidad en la supuesta fecha secreta se produjo precisamente del 15 al 30 de noviembre, según Fomento. Este directivo de Correos, con el que contactó EL PAÍS, rehusó explicar su interferencia en la auditoría de Fomento.
Más explícito es el mensaje enviado el 24 de septiembre de 2001 a distintas oficinas por otro directivo: 'Queridos compañeros: de acuerdo con lo hablado por teléfono os remito en archivo separado el listado de direcciones que os comenté. Si detectáis algo me llamáis urgentemente a mis teléfonos. El asunto es de suma importancia'. El listado de direcciones era de panelistas, según ha verificado este diario caso a caso.
Este directivo fue informado por escrito, según ha comprobado este diario, de la actividad de panelistas por sus subordinados en la segunda quincena de octubre. El control secreto fue realizado del 15 al 30 de octubre. Pero los empleados alertados no se limitaban a informar: 'Teníamos órdenes de darles prioridad absoluta y repartir sus envíos lloviera o nevara', señaló uno de ellos.
Nuevamente, en febrero pasado, este directivo de Correos reclamaba ayudas en este terreno: 'Quiero recabar tu colaboración tal como hicimos el año pasado para el tema del control de calidad. Este año, los productos que van a controlar son el giro postal ordinario, el paquete azul, y la carta ordinaria. El importe de los giros estará en el equivalente en euros de 1.000 pesetas, 1.200 pesetas o 1.500 pesetas . Te detallo el listado'. Y a renglón seguido cita a los panelistas que han de ser objeto de seguimiento por la oficina de turno. 'Destruye este correo, una vez lo tengas controlado', finaliza la instrucción.
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