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Expectación en las elecciones a la presidencia de Òmnium Cultural tras una dura campaña

Continuistas y renovadores convocaron anoche a cientos de socios en la entidad

Ni los socios más veteranos recordaban ayer algo parecido. El duro debate surgido entre la candidatura continuista de Josep Millàs y la renovadora de Jordi Porta para presidir Òmnium Cultural provocó anoche aglomeraciones nunca vistas en la sede de la entidad en Barcelona. Ya media hora antes del inicio de la asamblea en la que se votó la elección del presidente, a las 19.00 horas, centenares de socios colapsaron la calle de Montcada. La falta de previsión obligó a retrasar el inicio de la reunión más de hora y media. Al cierre de esta edición sólo se habían contado los votos emitidos por los socios presentes (no los delegados). El resultado provisional daba 271 votos a Porta, contra 69 otorgados a Millàs.

En los 41 años de historia de Òmnium Cultural nunca una elección de presidente había generado tanta expectación por parte de los socios. 'Esto no lo había visto nunca', comentaba anoche un veterano socio en la calle, mientras dudaba entre continuar haciendo cola y aprovechar el tiempo e ir a una óptica vecina para que le arreglaran las gafas. 'Es muy interesante esto que está sucediendo', decía, aunque dudaba que los centenares de socios que se agolpaban en la amplia entrada del gótico palacio de Dalmases pudieran llegar a entrar en la sede de Òmnium Cultural. 'Tendrían que aplazar la asamblea y realizar una nueva convocatoria en un espacio más grande', murmuraba.

Pero la asamblea no se aplazó. Empezó a las 20.45 horas, una hora y 45 minutos después de la hora fijada en primera convocatoria, y todos los socios que quisieron pudieron entrar, aunque se tuvieron que repartir entre las diversas salas del palacio. La aglomeración y el retraso provocó no pocas críticas al actual presidente de la entidad por lo que muchos socios consideraban una falta de previsión. 'Desde hace días está saliendo en la prensa y se oye en la radio que se van a celebrar estas elecciones. Ha habido un debate y deberían haber previsto que vendría mucha gente', se lamentaba una señora, que recordaba anteriores asambleas con un máximo de cien socios.

Los comentarios eran de todo los signos. Unos criticaban a Josep Millàs por querer, según decían, perpetuarse en el cargo al presentarse a la reelección -es presidente de la entidad desde hace 16 años-. 'Òmnium Cultural debe modernizarse. Estamos en el siglo XXI', clamaba un joven socio claramente partidario de la candidatura renovadora de Jordi Porta. Mientras, una señora mayor animaba a los que tenía al lado a votar a Millàs con el argumento de que lo había hecho bien. Incluso hubieron algunas palabras cruzadas entre socios en el interior de la sede antes de empezar la asamblea.

De los cinco puntos del orden del día previstos, los cuatro primeros, referidos a la memoria de la entidad y al estado de cuentas, se despacharon en apenas media hora. La candidatura de Porta repartió pasquines en la cola de entrada entre los socios en los que les recomendaba a sus partidarios no plantear debate en los cuatro primeros puntos del orden del día para centrar la reunión en la votación.

La votación, quinto punto del orden del día, empezó a las 21.15 horas. Primero votaron los socios presentes, que a medida que depositaban su voto en una de las dos urnas previstas abandonaban la sede. Después se procedió a la presentación de los votos delegados por orden de menor a mayor cantidad, para finalizar con los presentados por Josep Millàs, que en su calidad de presidente de Òmnium Cultural, y avalado por los estatutos de la entidad, podía acaparar un número ilimitado frente a un máximo de 25 votos delegados por parte de cualquier otro socio.

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Aunque el retraso de más de hora y media en el inicio de la asamblea favoreció que los partidarios de Jordi Porta pudieran aumentar el número de votos delegados que ya traían -muchos socios que no querían esperar optaron por firmar en el vestíbulo de la entidad la delegación de voto-, el candidato renovador preveía que Millàs presentaría muchos más. 'Creo que el voto del socio que ha venido será nuestro', decía Porta antes del inico de la asamblea, 'pero el voto delegado, que será determinante en el resultado, estoy convencido de que será mayoritariamente de Millàs'. Ante una avalancha de votos delegados del actual presidente y aspirante al cargo, Porta no descartaba pedir una verificación de cada uno confrontando las firmas.

La masiva asistencia de los socios a la asamblea fue ayer valorada de forma muy positiva tanto por los partidarios de Millàs como por los de Porta, que ven en el debate generado entre los dos candidatos durante la campaña una revitalización de Òmnium Cultural.

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