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Reportaje:

Las monedas de peseta inician en Bilbao su último viaje

Una empresa belga reciclará 35.290 toneladas de la divisa española para aprovechar el cobre

Pedro Gorospe

'Machacar la peseta es un buen negocio', dijo ayer el director general de Elmet, José Antonio Bóveda. La frase que podría formar parte de la hemeroteca, atribuida a quienes han asociado esa moneda a largos periodos de aislamiento, a una alta inflación y a un abultado déficit público, e incluso a un anverso de ganadores y perdedores, ahora sólo significa negocio.

La empresa que dirige Bóveda, Elmet, junto a Botrade, ambas contiguas, instaladas en Berango, Vizcaya, y pertenecientes al grupo multinacional belga Non Ferrous International, NFI, tienen en su mano la destrucción -desmonetarización- y el reciclaje, sobre todo para obtener cobre, de la moneda de dos países europeos, España e Irlanda.

Elmet ganó el concurso público de la Casa de Moneda y Timbre para destruir 35.290 toneladas de pesetas y 6.579 toneladas de libras irlandesas, un trabajo que ya están haciendo a un ritmo de 67,2 toneladas diarias en Bilbao, y a 84 toneladas diarias de pesetas en la planta secreta de Zaragoza.

Las medidas de seguridad son considerables en Bilbao y en Zaragoza llegan a tal extremo que su ubicación es un misterio. 'Si un palé lleno de sacos con monedas de una libra vale unos 10 millones de dólares, imagina un palé con monedas de 2.000 pesetas de plata'. Por eso, entre otras razones, la planta de Zaragoza es secreta, 'porque es moneda de curso legal', explicaba un miembro del Instituto Europeo del Cobre. La Casa de la Moneda hace un seguimiento on line de la marcha de destrucción de las monedas.

En Bilbao, las medidas de seguridad también son fuertes, ya que en uno de los pabellones de Botrade esperan para ser partidas en mil pedazos miles de sacos de 200 monedas de 20 peniques irlandeses.

La firma emite para las casas de moneda de ambos países certificados de moneda rota cuyo peso, con envoltorios incluidos, tiene que coincidir exactamente con el del envío. 'La diferencia aunque sea de gramos evidenciaría un robo o un fallo, y eso es imposible', comenta Bóveda mientras pasea por la planta de Bilbao.

El negocio de esta empresa consiste en exprimir las pesetas y las liras irlandesas hasta sacarles todos los euros que tienen dentro. Y esa parte del reciclaje la hacen exclusivamente en Bilbao y en Bélgica. Primero se funden las monedas en un horno 'alimentado por oxígeno' controlado por pantallas táctiles, del que sale el cobre negro con un 85% de cobre. En Bélgica lo suben hasta el 99% y en Bilbao, otra vez de vuelta ya con forma de placas -ánodos-, lo someten a un proceso químico de depuración hasta llegar al 99,99%.

Durante la electrolisis se depositan metales preciosos como el oro, que aumenta los ingresos en cuatro millones de euros al mes. Elmet facturó 198 millones de euros en 2001, y todo ello con una tecnología reconocida por la UE como la 'mejor tecnología disponible' para el tratamiento de esos materiales, compatible con el medio ambiente y certificada con las ISO 9002 y 14001.

Según dicen en Elmet, 'un buen negocio' que demuestra que todavía se pueden comprar duros a cuatro pesetas.

Un empleado de Elmet, en plena labor de reciclaje de monedas de peseta.
Un empleado de Elmet, en plena labor de reciclaje de monedas de peseta.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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