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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Telefónica y sus trucos

Fui titular de un teléfono portátil Movistar y, a pesar de haber oído y leído que es casi imposible rescindir contratos con Telefónica, pensé que yo sí podría conseguirlo, para lo cual actué de esta forma:

1. Siguiendo instrucciones de la compañía, tras consultarles telefónicamente, remití un escrito comunicando mi baja del servicio, por correo certificado y con acuse de recibo, e inmediatamente prescindí del aparato.

2. Tras llegarme el comprobante de que habían recibido mi carta, esperé uno o dos meses más, hasta que emitieran una factura en la que no apareciera consumo telefónico, sino la cuota mínima que cobran aunque el usuario no hable.

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3. Ordené a mi entidad bancaria que no atendiera ningún recibo más, en previsión de que Telefónica comenzara a acosarme, como a tantas otras personas les ha sucedido.

No he podido librarme. A pesar de haber cumplido todos los trámites que cabe esperar de un ciudadano honrado y responsable, Telefónica no me ha olvidado y se dedica a mi persecución, ora ella, ora Equifax, Vía Ejecutiva y otras firmas similares, que se limitan a decir que su tarea no es discutir conmigo si existe o no alguna deuda y que su única misión es tratar de cobrar a todo aquel que la repetida compañía les diga que es moroso.

¿Cuál es el truco? Sencillamente, alguien de Telefónica devuelve el acuse de recibo firmado, pero la compañía sigue durante varios meses emitiendo facturas por el importe de la cuota mínima (aunque ya usted ni usa ni tiene teléfono) y cuando lo estiman oportuno le declaran moroso, y después, recalcitrante; lo llaman a las horas más intempestivas, lo molestan, no le escuchan, lo amenazan, lo sacan de quicio y, por último, lo demandan en el juzgado, sin que les deba usted un solo céntimo.

La deuda que se han inventado asciende a 34,88 euros. El tiempo que dura este idilio es de dos años. En el lado superior derecho de los escritos conminatorios que continuamente me dirigen reza: intrum justitia.

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