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Reportaje:LA CRISIS DE LA SECUNDARIA

'La sociedad premia a los jóvenes aunque no se esfuercen lo necesario'

Los padres delegan en la escuela, y su falta de orientación y tiempo agrava el conflicto

Cuando aprueban han aprobado ellos, pero si suspenden es que les han suspendido', dice Alicia, una estudiante de 15 años del centro María de Zayas de Fuenlabrada. 'Si no hablas con tus padres y con 15 años te dejan hacer lo que quieras, no piensas en que lo haces ni en cómo te puede influir en el futuro', añade Irene, una compañera suya. Alicia e Irene dicen que sus padres les animan a estudiar y que están pendiente de sus notas. Pero los propios estudiantes reconocen que ni mucho menos les pasa lo mismo a todos sus compañeros. 'La escuela no puede hacer más de lo que hace. Hay que invertir en otras políticas, culturales y sociales', dicen los profesores de este centro.

El profesor de Historia del centro de Leganés José Alfonso Hernández señala: ' Si lo que se quiere es que el centro suministre soluciones a esos problemas, habrá que trabajar fuera de las escuela, que es el origen, en la calle, en las casas y en el ambiente cultural de país'. El jefe de actividades extraescolares de este centro, Santiago González, explica que hay una falta de entendimiento: 'Les hablamos de cosas como el lenguaje a los alumnos, por ejemplo, cuando ellos tiene ya otros lenguajes, por ejemplo el del móvil'. La profesora de Biología Dori Calvo centra el tema: 'La escuela tiene un límite, seis horas al día, pero es que los alumnos viven en su familia, en su barrio, en sus calles'. La falta de relación entre esos entornos es la clave.

La orientadora del instituto de Leganés, Sara Acuña, dice que 'no se fomenta el asociacionismo, ni la participación política, ni los movimientos ciudadanos. Es la cultura del dinero fácil y del éxito fácil. Y se le pide al instituto que transmita a los chicos unos valores que la sociedad no les está dando', añade. También la profesora de Educación Física de Sevilla, Irma Lorenzo, dice que 'hay una dinámica de conformismo, de no tener necesidad de luchar por nada porque ya lo tienen todo'. Los profesores dicen que muchas familias tienden a 'premiar a los jóvenes aunque no se esfuercen lo necesario'.

La jefa de estudios del centro de Majadahonda Paquita Domingo recuerda que 'los 14 años es una edad en la que todavía todo es juego, y se les junta todo el cambio hormonal, que genera unos altibajos muy serios, y conflictos con la familia: es el momento de choque entre ellos y los padres'.

Pero Irene, una alumna del María de Zayas de Fuenlabrada resume la queja de sus compañeros y de muchos otros alumnos de otros centros: 'Cuando la gente habla de los jóvenes, generalizan todo. Y cada uno tiene los valores que le inculcan en su casa. A mí me han enseñado a respetar a la gente, a saber expresar lo que opino. No todos los jóvenes beben en la calle y no quieren estudiar'.

Pero la falta de implicación de los padres en la escuela es una de las claves. La causa más generalizada: la falta tiempo. Las familias no lo niegan. María José, una madre del centro de Majadahonda, dice que, 'aunque los contenidos hayan bajado porque los chicos tienen que aprender otras cosas, como a buscar la información, muchos contenidos siguen estando ahí, y los chicos tienen que aprenderlos. Pero no estudian porque tienen muchas cosas en las que entretenerse'. 'Cuando llego a casa, tengo que quitar a mis hijos el ordenador, la consola, la televisión, porque si no, no estudian. Pero muchos padres no están en casa. Otros chicos van a clase de tenis, de baile, de yudo, y ¿cuándo estudian?'.

Esta madre se queja de que cuesta mucho que los padres se impliquen en los problemas del instituto, en lo que coincide el vicepresidente de la asociación de padres del instituto de Barcelona, Miquel Olivet: 'Cuesta mucho movilizarlos hoy en día'.

Estudiantes, profesores y padres del Instituto Guadalquivir de Sevilla debaten sobre la situación de la ESO.
Estudiantes, profesores y padres del Instituto Guadalquivir de Sevilla debaten sobre la situación de la ESO.GARCÍA CORDERO

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