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Barcelona tendrá 20 mediadores para prevenir conflictos con inmigrantes

El programa del Ayuntamiento se iniciará esta primavera

Con el objetivo de evitar roces y actuar en situaciones de conflicto entre los inmigrantes y la población autóctona, el Ayuntamiento de Barcelona contratará a una veintena de mediadores interculturales que tendrán su despacho en la calle, donde podrán detectar in situ los problemas de convivencia que se originen. La experiencia, que impulsa la quinta teniente de alcalde de Bienestar Social del Ayuntamiento, Núria Carrera, se pondrá en marcha la próxima primavera.

El programa de mediación cultural cuenta con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, que realizará un estudio para analizar sus resultados. Carrera afirma que el número de inmigrantes en Barcelona es todavía reducido, pero 'ha aumentado considerablemente en poco tiempo'. A finales de 2001, había empadronados 113.809 inmigrantes (el 7,5% de la población), una cifra que supone un aumento del 47% respecto a los extranjeros censados el año anterior.

Además, a la población inmigrante empadronada hay que sumar unos 150.000 sin papeles, según estimaciones del Ayuntamiento. Carrera señala que la inmigración se hace cada vez más visible en la ciudad porque se trata de colectivos 'que viven más en la calle' y porque han originado la aparición de una 'nueva pobreza' y de prejuicios por parte de la población autóctona. Actuar antes que la cohesión social se vea amenazada es el objetivo del programa de la concejalía de Bienestar Social.

Los mediadores interculturales se distribuirán por todos los distritos, aunque actuarán principalmente en los que registran una mayor concentración de inmigrantes (Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Eixample).

Concurso

Para la contratación de estos 20 profesionales, el Ayuntamiento convocará un concurso público en el que se tendrá en cuenta de los candidatos no sólo su experiencia en el campo de la mediación intercultural, sino también su origen, pues se intentará que representen a los colectivos de extranjeros más numerosos. Ello facilitará a los mediadores ofrecer un servicio de interpretación no sólo lingüística, sino también cultural, de los distintos colectivos de inmigrantes.

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Detectar las necesidades de los inmigrantes, facilitarles el acceso a los servicios municipales, prevenir situaciones de riesgo e intervenir en conflictos que puedan derivar en un deterioro de la convivencia ciudadana son algunas de las funciones de los mediadores, que actuarán siempre de acuerdo con los trabajadores de los servicios sociales municipales.

El proyecto, que el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha tras conocer experiencias similares en varias ciudades europeas, ha sido aplaudido por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). El presidente de la entidad, Manuel Andreu, considera que los mediadores pueden desempeñar un papel positivo en los conflictos vecinales que se originan sobre todo en Ciutat Vella. Andreu afirma que las dificultades de convivencia entre población inmigrante y autóctona se originan muy a menudo por las precarias condiciones en las que viven los primeros.

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