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Bélgica decide cerrar todas sus centrales nucleares

Gabriela Cañas

Los verdes han ganado en Bélgica la batalla. Este pequeño país, uno de los más importantes productores de energía nuclear de la Unión Europea, firmó ayer la sentencia de muerte de este tipo de energía. El Gobierno federal, formado por liberales, socialistas y verdes, ha aprobado un proyecto de ley que prevé el cierre de todas sus centrales (siete para diez millones de habitantes) a medida que vayan cumpliendo los 40 años, lo que significa que entre 2015 y 2025 habrá un cierre progresivo que obligará a buscar fuentes alternativas.

El proyecto de ley, que producía reticencias en el Partido Liberal, al que pertenece el presidente del Gobierno, Guy Verhofstadt, inquieta también a la opinión pública, que teme un aumento de las tarifas eléctricas, ya muy elevadas.

El proyecto gubernamental es arriesgado. De aquí a 2015 Bélgica deberá buscar fuentes de energía alternativas, pues al tiempo debe cumplir con los acuerdos de cambio climático de Kioto. 'No me he pasado el verano intentando salvar el acuerdo de Kioto para matarlo en invierno', dijo ayer el secretario de Estado de Energía y Desarrollo Sostenible, Olivier Deleuze, del partido verde Ecolo.

El debate para llegar a esta decisión ha sido tan dilatado que ya en la anterior legislatura se puso en marcha la llamada comisión Ampère para estudiar la cuestión. La decisión tomada ayer por el Consejo de Ministros introdujo en el último momento una novedad: un artículo que le permite volver atrás en caso de emergencia nacional o internacional.

Un informe de un miembro de la comisión Ampère, a petición del propio Gobierno, consideraba esta misma semana que cumplir con Kioto, que exige a Bélgica una reducción de sus emisiones en un 7,5% en 2012 con respecto a 1990, es incompatible con el cierre nuclear. También hace una comparación de precios que demuestra que el kw/h de una nuclear es mucho más competitivo que el producido por una central de gas-vapor.

Deleuze intentó ayer tranquilizar a la opinión pública acerca del temor a que se disparen los precios y de la viabilidad de su proyecto. 'Ahora hay mucha oferta de energía y los precios son altos, lo que indica que un exceso no abarata los costes', dijo. También aseguró que Bélgica tiene tiempo suficiente antes de cerrar la primera nuclear, en 2015, de investigar e invertir en energías alternativas como la eólica o las centrales de gas y vapor. Hoy día, el 60% de la electricidad que consume el país proviene de la energía nuclear. Bélgica no es el único país de la UE que ha decidido renunciar a la energía nuclear. También Suecia, Dinamarca y Alemania lo han hecho.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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