Prohibido especular

El centro histórico de Gandia presenta desde hace unos meses una inusitada actividad urbanística. Edificios en construcción se multiplican en solares que hasta hace unos días eran un cúmulo de escombros y contribuían a deteriorar la imagen de la principal arteria comercial de la ciudad. El motor de esta explosión constructora ha sido un programa ideado por el Ayuntamiento como una alternativa a la expropiación, que ya ha despertado el interés de otros municipios. Para acabar con la especulación en los solares del centro de la ciudad, revalorizados tras su peatonalización, impulsó un proyecto que ponía a los propietarios de estos terrenos en una difícil tesitura. El consistorio, después de un proceso de registro de los solares, comunicaba al propietario que si en el plazo de un año no presentaba un plan urbanístico serían los técnicos municipales los que elaborarían un planeamiento, que además sería presentado a concurso público. Si se llegaba a este extremo, al dueño de la parcela no le quedaría otra opción que percibir una compensación económica, conformarse con una cesión de la construcción final, u optar como una promotora más a urbanizar su solar. El temor a salir malparados del proceso llevó a los propietarios a presentar, de forma casi generalizada, su propio plan urbanístico. Conservaban así la propiedad y la opción de decidir el futuro de su parcela, pero como contrapartida no podían posponer más de un año la edificación de la misma.

El resultado es ya visible en todo el centro. Por sus callejuelas se suceden estos días grúas y máquinas excavadoras. De los 45 solares y edificios en mal estado que se contabilizaron en un registro inicial, tan sólo quedan pendientes de resolver catorce expedientes (seis solares y 8 edificios). El técnico responsable del área municipal de rehabilitación, Vicent Torres, confía que estos propietarios no tarden en sumarse a la iniciativa, y el Ayuntamiento ha decidido ampliar el plazo para la presentación de planes urbanísticos que finalizó en julio.

El programa, impulsado por PSPV con el apoyo del Bloc en el inicio de este mandato, ha sido acogido con gran satisfacción por la Cooperativa Comercial Centre Històric. La asociación denunciaba desde hace años que los solares abandonados y las viviendas deterioradas no contribuían a renovar la imagen del casco histórico, y hacían un flaco favor a las intenciones del consistorio de revitalizar esta barriada como nuevo foco de atracción turística, del comercio y de nuevos residentes. Con este objetivo, a finales de los 90 se invirtieron en el centro urbano, sólo en las obras de peatonalización, 1.495.626 euros (cerca de 248 millones de pesetas), financiadas por el Banco Europeo de Inversiones, el Ayuntamiento y la Generalitat. El Programa de Renovación Urbana y Ambiental (PRUA), con una fuerte inyección de fondos europeos, ha permitido además la rehabilitación de los principales edificios histórico-artísticos de la ciudad, localizados en este distrito, como las Escuelas Pías, el Hospital de Sant Marc (en ejecución), futura sede del museo arqueológico de la ciudad, y el Convent de Sant Roc, actualmente en proceso de ampliación.

El programa no estuvo exento de polémica, y su discusión en el Ayuntamiento terminó por enturbiar las filas del PP, único partido que se opuso al proyecto. El portavoz del PP, Fernando Mut, que abanderó la oposición al programa por considerarlo desproporcionado, se enfrentó a su segundo de abordo, Arturo Torró, presidente de la Cooperativa Comercial del Centre Històric y valedor de la medida del gobierno socialista. La situación se resolvió con la salida de Torró del consistorio. Para éste, que mantiene su militancia en el PP, el 'éxito' del programa municipal demuestra el acierto de la propuesta de los socialistas con el aval del Bloc, y asegura que permitirá 'activar el comercio en el centro histórico y su uso residencial' El Consistorio trabaja ahora en la ampliación del programa a los barrios periféricos del centro urbano: El Raval y L'Eixample del siglo XIX. El departamento municipal ya ha registrado 20 solares y 27 edificios en la barriada de El Raval. En el centro histórico de Gandia residen más de tres mil personas, y unas 1.200 trabajan en los comercios de la zona que generan un flujo económico de unos 1.400 millones de pesetas.