Barenboim ofrecerá un concierto en Ramala el próximo miércoles
'Israel está en deuda con los palestinos', dice el músico en Madrid
Quiere que su música se convierta en un artefacto para la paz. Por eso, Daniel Barenboim ha decidido volver a actuar cuando peor están las cosas en Oriente Próximo. 'No soy cobarde, pero tampoco quiero ser un mártir', dijo el músico judío argentino al anunciar ayer en Madrid, donde ha dado dos recitales de piano, que el próximo miércoles ofrecerá un concierto en Ramala, donde Yasir Arafat permanece recluido.
Entre Beethoven y Albéniz, cuya suite Iberia interpretó triunfalmente Barenboim el miércoles en el Auditorio Nacional, el pianista y director encontró un hueco para anunciar su próxima jugada simbólica. 'El Conservatorio de Ramala, en Cisjordania, me ha invitado a dar un concierto, y lo haré el próximo miércoles día 6', dijo Barenboim (Buenos Aires, 1942) , que también actuará en Jerusalén. 'No he hablado de seguridad con nadie. No soy cobarde, pero tampoco quiero ser un mártir'. Ni siquiera sabe si habrá invitados de honor: 'No me preocupa si va o no Arafat. Lo que quiero es que vayan cuantos más músicos palestinos posibles, mejor', dijo.
Su actuación es un gesto que este artista cree obligatorio. Piensa que en Oriente Próximo se han enzarzado en demasiadas guerras y pocas transiciones. Un ejemplo lo dan las razones que le llevaron a interpretar a Wagner en Jerusalén en julio pasado, ante el escándalo de algunos. 'Ésa es una transición que no hemos hecho. Cuando logramos el Estado de Israel y dejamos de ser un pueblo que vivía disperso en grupos y países también nos quitaron señas de identidad. El rechazo a Wagner era una', dijo.
Y cree que también se está en deuda con los palestinos. 'El nacionalismo judío y el palestino surgieron al tiempo, con el colonialismo. Nosotros alcanzamos una meta al crearse el Estado de Israel. Los palestinos, no. Estamos en deuda con ellos y tenemos que ayudarles a conseguir ese fin', aseguró. Sobre el Gobierno de Ariel Sharon, no quiso mojarse: 'Ése es un juicio político, y yo no voy a responder. Tampoco merece la pena'. Lo que sí enumeró fueron las cosas que, a su juicio, no funcionan: 'No ha funcionado la solución militar. Debemos buscar cauces de diálogo y entendimiento, vías culturales entre dos pueblos que se desconocen profundamente', aseguró contundente.
Además, confirmó que en el futuro piensa dedicarse más a dar recitales de piano. 'Ahora he realizado una gira sólo por Manchester, Londres, Madrid y Berlín'. En agosto hará la integral de sonatas de Beethoven en Buenos Aires, y pronto abordará los cuadernos tercero y cuarto de la suite Iberia, de la que, hasta el momento, sólo ha interpretado los dos primeros. 'Es una obra muy difícil y tiene un profundo rasgo español dentro que hay que encontrar entre sus múltiples colores. Lo malo es que la exageración de este matiz le ha hecho mucho mal, la ha abaratado'.
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