El atentado de Portugalete acelera la dimisión del portavoz socialista en el municipio de Llodio
El concejal del PSE en LLodio (Álava) Raúl Arza dimitió ayer de su cargo dos horas después del atentado de Portugalete. Arza, 39 años, casado, miembro de la ejecutiva de Álava del PSE, que también abandonará, y de la vasca de UGT, en la que piensa seguir, llevaba siete años en el Ayuntamiento. Es un técnico medio del INEM que informa sobre ofertas de trabajo y cursos de formación en la oficina local de empleo.
Ayer salió por la mañana de su clase de euskera como todos los días. En la calle se encontró con su madre. '¿Has oído lo de Portugalete?', le dijo ella. Así supo que su compañera de partido Esther Cabezudo, había sufrido un intento de asesinato por parte de ETA. Tras hablar con su mujer, materializó una decisión ya tomada, pero que esperaba a comunicar después del congreso del PSE: abandonar su puesto de concejal en la localidad, gobernada por Batasuna. Llamó al secretario general del partido en Álava, Javier Rojo, y a su agrupación local. Para la una de la tarde había presentado el escrito con su renuncia.
Arza hace el número 19 de los concejales socialistas dimitidos y era ayer la imagen viva de la rabia. 'Claro que tengo rabia. Además de dejar lo que te gusta hacer, apareces como un derrotado. Lo nuestro es un drama'. Tanto drama, que 25 años de militancia y pasión por la política y el trabajo sindical -primero en las juventudes socialistas, luego en el PSE, un breve paso por EE y vuelta al PSE- no han podido con una presión familiar que no le dejaba ya margen. 'Yo personalmente hubiera seguido, pero por delante de ese deseo mío está la familia': una mujer y dos hijos, una niña de ocho años y un niño de cinco. La mayor preguntaba ya si ese señor que siempre iba detrás de ellos les iba a hacer algo malo. Era el escolta de su padre, su sombra desde hace un año. 'Lo intentas ocultar, tratas de que no le vean, pero la cría mayor ya se daba cuenta', comenta.
El de no crear angustia en los hijos es un motivo recurrente en todas las dimisiones. 'Cada nuevo atentado era un drama en casa'. El de ayer fue el decisivo. La crítica política de Arza se vuelve contra los gobiernos central y vasco. 'No termino de entender cómo Aznar e Ibarretxe ni se hablan en lugar de trabajar en esto sin descanso'. 'Aznar parece muy preocupado por el conflicto palestino, pero a veces me pregunto si su interés por lo nuestro no se acaba en lo electoral', dice.
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