El Reino Unido estudia gravar a los conductores por kilómetro recorrido

El Gobierno británico empezó ayer a estudiar una controvertida y compleja propuesta para gravar fiscalmente a los conductores de automóviles de acuerdo con el número de kilómetros recorridos, que sería más alto si se utilizan autopistas congestionadas y más barato si el tráfico afecta a carreteras de menor tránsito. La propuesta, a 10 años vista, requiere el control de los automóviles mediante un sistema global de satélites, algo que suscita no pocas inquietudes entre los defensores de las libertades civiles.

Con menos pretensiones aunque también pendiente de la técnica, el alcalde de Londres, Ken Livingstone, debe decidir esta semana si impone un peaje de 5 libras diarias (8 euros) a cada automóvil que circule por el centro de la capital. El sistema, inspirado en el que ya funciona sin problemas tecnológicos en Singapur, controlaría los vehículos mediante cámaras digitales situadas en el perímetro del corazón de Londres.

La Comisión para un Transporte Integrado, un organismo independiente creado para asesorar al Gobierno en materia de transporte, recomienda la puesta en marcha de un nuevo sistema fiscal basado en el número de kilómetros recorridos y las carreteras utilizadas por cada automovilista. Por ejemplo, un viaje de 145 kilómetros entre Birmingham y Manchester por la congestionada autopista M6 costaría 7,40 libras (11,9 euros), mientras que el trayecto de 130 kilómetros entre Londres y Rugby por la menos embotellada M1 costaría 3,7 libras (6 euros). La tasa máxima sería de 45 peniques (72 céntimos de euro) por circular por el centro de Londres.

Como contrapartida, los contribuyentes tendrían reducciones fiscales en la compra de gasolina para que los efectos recaudatorios del esquema fueran neutrales.