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Saldaña declara que mantuvo las subvenciones a la FARA para favorecer 'el sigilo' de la investigación

El consejero afirma que recibió 'coacciones soterradas y presiones políticas'

El consejero de Asuntos Sociales, Isaías Pérez Saldaña, justificó ayer ante el juez del caso FARA que las ayudas a esa organización no se interrumpieran, pese a que era investigada por el presunto desvío de subvenciones a cuentas de sus dirigentes y blanqueo de dinero, para 'no levantar el sigilo' de las pesquisas. Saldaña precisó que la asesoría jurídica de la Junta no estimó conveniente la suspensión porque no había una sentencia. Un par de semanas antes de que tres de sus dirigentes ingresaran en prisión por esta causa, la Federación Andaluza de Asociaciones Romaníes recibió 29 millones.

Saldaña, que prestó declaración como testigo durante más de tres horas, dijo que recibió 'coacciones soterradas' de la FARA para que aceptara a un asesor de gabinete propuesto por la organización y aunque las consideró 'presiones políticas excesivas', añadió que eran 'una dinámica normal'. Negó en cambio que se produjeran amenazas para que se concedieran subvenciones y atribuyó el incremento de las ayudas en 2000 y 2001 a 'la finalidad de normalizar las relaciones con la etnia gitana' y a que en ese período fue la única entidad que solicitó fondos públicos.

En esos años, la consejería libró 33 y 36 millones, respectivamente, frente a los seis de 1999. A su vez, esta cifra supuso una reducción con respecto a años anteriores, recorte que Saldaña achachó al 'acceso antidemocrático' de la actual junta directiva en diciembre de 1998. En contra de lo que dijo en julio a la policía, ayer aseguró que 'nunca' se había referido a los dirigentes de la federación como narcotraficantes.

Saldaña no pudo concretar la razón por la que Asuntos Sociales tardó tres meses en exigir el reintegro de una subvención de dos millones que FARA no justificó. La consejería inició el prodecimiento para la restitución el 14 de noviembre pasado, cinco días después de que estallara el caso.

El consejero también relató el robo que se produjo en febrero de 1999 en su casa, en el que le sustrajeron un teléfono móvil, 10.000 pesetas y una cámara fotográfica, mientras las joyas eran dejadas sobre la cama. Aunque Saldaña declaró que desconocía quiénes fueron los autores, apuntó que el episodio 'pudiera estar relacionado con su negativa a tratar con la junta directiva' de FARA'. Incluso abundó que tras el robo recibió una llamada desde su móvil en el que una persona le advirtió 'que tuviera cuidado'.

Para eludir a la prensa, el consejero se escabulló a través de puertas interiores que comunican los juzgados entre sí. La actitud huidiza de Saldaña contrastó con la de dos imputados que durante la mañana se exhibieron por cafeterías aledañas a los tribunales.

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