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VISTO / OÍDO
Columna
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Integración, pluriculturas

Como todo se va dividiendo otra vez en izquierda y derecha, preferir la integración del extranjero que llega es de derechas, y elegir la pluralidad de culturas es de izquierdas. En realidad es una discusión antigua en otros países. En Estados Unidos se pedía la integración de todas las razas en una escuela única, y eso era de izquierdas; ahora la izquierda pide que al que llega se le respeten sus formas de convivencia. La cuestión no está nada clara. El velo en la cabeza de la mujer aquí ha señalado izquierda y derecha, pero porque se ha trasladado a la intolerancia y la tolerancia, y se entiende que la intolerancia es de derechas (véase este Gobierno). La globalización es de derechas, la internacionalización es de izquierdas. Aunque se produzcan equívocos a veces groseros: los talibanes son crueles con sus mujeres, y luchar contra eso es de izquierdas: pero de ninguna manera por la vía de matar 3.000 afganos. Decir que ya no hay izquierda ni derecha es ser de derechas; como decir que se es de centro. Son curiosos matices que ya aparecían en tiempo de Franco, porque donde no hay política, todo se hace política.

El tema de integración o multiculturalismo es más complejo. Aquí estamos acostumbrados a la cultura única desde los Reyes Católicos, que expulsaron a las culturas otras y mataron a quienes las conservaban, y al cabo de los siglos reaparece en 'el que no esté conmigo está contra mí' de Bush, y en el pensamiento único. Lo contrario a la cultura única es la segregación. Las minorías tienen que existir cuando haya una democracia; pero en nombre de la democracia se está creando la exclusión, y los gitanos son un antiguo ejemplo. Los musulmanes tienen tanto derecho como los católicos a defender su religión, aunque yo siga creyendo, con el viejo maestro, que las religiones son el opio del pueblo y que una enseñanza atea sería muy deseable en un Estado libre. Porque naturalmente la izquierda está al lado del inmigrante, no tiene por qué considerar que no hay inmigrantes integristas de derechas. El musulmán que asesinó a su hija en Suecia porque tenía relaciones con un sueco era, a su manera, un fascista. La verdad es que el libre examen de todos estos problemas es necesario: y eso sí es de izquierdas.

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