Figuras de porcelana
Existe un prejuicio ante la ópera china: el carácter circense de muchas compañías, especialmente de la modalidad pequinesa. Debe ocurrir como a la cocina china propagada en el mundo occidental. De tanta uniformidad provoca cierto rechazo. Hay, sin embargo, al menos nueve géneros de ópera china de alcance nacional, además de los locales, como ha señalado en un ensayo José Antonio Torija. El pabellón de las peonías, ópera kunju de 1598, deslumbró en el Festival de Otoño de París de 1999 y a su paso por el Lincoln Center de Nueva York. Cincuenta y cinco escenas con una duración aproximada de 18 horas consiguieron hipnotizar a unos espectadores perplejos. Lo que estos días se puede ver y escuchar en el Círculo de Bellas Artes profundiza aún más en las raíces.
Compañía Hang Tang Yue Fu
Directora artística: Chen Mei-O. Teatro Fernando de Rojas. Círculo de Bellas Artes. Madrid.
Romance del espejo y del lichi es la ópera más antigua que se conserva del estilo nan-kuan, a partir de la tradición del li-yuan, u ópera del jardín de los perales, cuyo máximo esplendor tuvo lugar en las dinastías Song y Yuan, entre los siglos XII y XIV. El espectáculo es fascinante, desde un concepto escenográfico de una desnudez asombrosa. Hay un lenguaje de las manos, del gesto sutil, del movimiento refinado de los bailarines que desconcierta al principio y atrapa casi a continuación. En las cinco escenas -El trino del ruiseñor en primavera, La sombra de la pareja de gansos silvestres, El baile de la urraca sobre la rama, El llanto del cuervo en la noche y La huida de la perdiz- se va contando una historia de amor con un código teatral muy alejado de la evidencia y muy cercano a la sugerencia poética.
Las figuras, las composiciones, parecen extraídas de una legendaria y misteriosa caja de música. Los instrumentos, las voces, traen el hechizo de un mundo de fantasía, de un tipo de estética desaparecida. Y todo es extremadamente sencillo, sin petulancias, sin concesiones, bello como el canto de un pájaro, como la utopía de una naturaleza perdida.
Estarán en Madrid hasta el domingo, simultaneando dos espectáculos. Recomendable absolutamente, si quieren asistir a un ritual totalmente diferente a lo habitual, si desean eliminar en un par de horas el estrés cotidiano o, simplemente, si quieren soñar un rato con otros mundos, otras épocas, otras sensibilidades.
Babelia
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