Chavarrías dirige un 'thriller' centrado en el mundo del juego

Llevan 10 días rodando y ya han cambiado más de una vez de guión. Son los gajes de 'trabajar con la realidad', justifica el director Antonio Chavarrías. Rodaje cronológico, escenarios naturales en Barcelona, muchos ensayos y participación de los actores -Tristán Ulloa y Unax Ugalde encabezan el plantel- en la caracterización de los personajes. Es el método impuesto por Chavarrías a Volverás, la película con la que regresa a la dirección después de seis años, en los que ha producido filmes como Pau y su hermano, de Marc Recha: 'Cuando terminé Susanna, rodada a base de renuncias, decidí que no volvería a dirigir hasta que pudiera hacer lo que quería', dice para explicar el parón.

Volverás está basada en la novela de Francisco Casavella Un enano español se suicida en Las Vegas. Es un thriller que refleja dos tipos de vida representados por dos hermanos. Carlos (Ulloa) es el mayor, un tipo que abandonó una vida acomodada para adentrarse en un submundo en el que vive enganchado al juego. Ignacio (Ugalde) está a punto de terminar Arquitectura, cuando se reencuentra con Carlos tras años de no saber nada de él. Como escenario, 'dos Barcelonas que nunca coinciden', según Chavarrías: 'La luminosa de los arquitectos y el éxito social, y la oscura, donde se vive al día'.

Para Ulloa, su papel en Volverás supone 'un cambio de registro'. 'Carlos nunca se muestra débil, es un tipo muy vehemente, pero cuando está a solas se encuentra realmente jodido. Su filosofía de vida gira en torno al juego', explica. Para hacer más real su personaje, Chavarrías y él entraron en contacto con el mundo del juego clandestino, 'un terreno muy peligroso', dice el director. En una diferencia más con la novela de Casavella, que sucedía en parte en el antiguo Chino de Barcelona, Chavarrías ha localizado este submundo en una ciudad del extrarradio. Ugalde explica que Ignacio se acerca a su hermano para 'intentar saber por qué cambió de vida'. A su lado, sus respectivas parejas, Elizabeth Cervantes y Joana Rañé, asienten cuando Ugalde cuenta que 'cuando se vea la película el espectador no sabrá cuál es el hermano bueno y cuál el malo'. Cervantes apostilla: 'Como pasa en la realidad'. Chavarrías remacha: 'No es una película moralista. No juzgo a los personajes. Sólo reflejo dos opciones distintas de vivir'.